Mal dia para buscar

10 de septiembre de 2010

Ordenamiento mental audiovisual

Después de intentar adivinar algún tipo de relación entre el tipo de consumo audiovisual y el tipo de ordenamiento mental de los usuarios han llegado a la conclusión que nos podemos catalogar en varios tipos de usuarios de cine, musica y televisión: Aesthetic (eng), que disfrutan del material abstracto, poesía y películas extranjeras. Thrilling (eng) que disfrutan de lo fantástico y las aventuras. Dark (eng) que disfrutan de lo intenso, del erotismo, el heavy y lo hedonista. Los Cerebrales a los que les gustan los documentales y la actualidad. por ultimo los Consumidores que se decantan por la música pop, las películas de amor y los programillas de televisión de cotilleo facilones.

Para llevar la contraria al estudio sólo tengo que mirar de reojo a mi colección de discos o recordar las tremendas alteraciones en mis gustos audiovisuales durante los últimos años. Tom Yorke y La sonrisa de Julia no son compatibles en el estudio, con lo que llegamos a la conclusión que debo de estar algo loco o simplemente deducir que no soy nadie para los psicólogos.

Hoy, tontamente abducido por el espíritu de los Smashing pumkins, acabé con los Deftones:
Lo que no entiendo es cómo recuerdo ahora ese momento en el que, aprovechando la caida del muro de Berlin (si que somos viejos, si), un buen amigo grabó una cinta de cassete con los titulares de la prensa y adjuntó una nota que decía a su ex novia: "¿si el mundo se está dando una nueva oportunidad, por qué tú y yo no podemos hacerlo?". En la cinta sonaba una y otra vez la empalagosa "one more try" de George Michael. Y es que fue muy dificil ser adolescente en los años 80. Sucede como con las hombreras, que sientes verguenza y nostalgia a partes iguales.

Lo audiovisual se basa en consumirlo todo, almacenarlo en tu memoria y saber rescatar aquello que se regodea en algunos estados de ánimo cuando lo necesitas. Ningún estudio puede decirme cómo soy pero sí, oyendo lo que oigo, puedo adivinar cómo me encuentro. Es el problema de ser un politoxicómano musical. Hay una canción para cada momento.

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