Mal dia para buscar

11 de agosto de 2010

Los malos pensamientos contemporáneos

Hace poco un portal de ocio hizo una campaña con cámara oculta en la que una parte de la pareja tenia que convencer a la otra para que se fuera de viaje solo.
Lo curioso de ello es que existen personas que no comprenden que su pareja, aquella persona con quien han decidido pasar el resto de los momentos de su vida, quieran estar sin él. Eso, no por estar o no solo, sino por el extraño funcionamiento de la mente humana que nos lleva a pensar que hay una razón oculta (y mayoritariamente negativa) en el comportamiento del otro, nos irrita, nos altera y nos hace actuar como un niño enfadado que amenaza con dejar de respirar hasta volverse azul.

"A Cuba me voy a ir solo"- dice uno asumiendo que si ella va a estar copulando toda esa semana, él no va a ser menos.

Por alguna razón malévola del subconsciente tendemos a pensar mal, y eso no quiere decir que acertemos. Por algun contacto neuronal erróneo alguna vez hemos considerado que nuestra pareja o simplemente aquel candidato ha mantenido relaciones sexuales y sentimentales profundamente satisfactorias con todos sus contactos del otro sexo que tiene como amigos del facebook.

Pensar eso es enfermizo. (Aunque es innato) (y falso) (normalmente)


En el entorno mediatizado que vivimos se suele sacar tajada de cada actividad fuera de la norma. Los medios del otro lado castigan con su látigo de la improvisación a las actuaciones novedosas. Los medios del otro lugar tildan de populistas comportamientos extraños a lo que se supone que debería de ser. La vecina del cuarto te pone adjetivos porque apareció un tipo recién duchado en el ascensor y eso no es tan normal porque trabajas continuamente y, por el contrario, nunca ha cuestionado la baja moral de la del primero porque tiene, por norma, no repetir ningún hombre. Es cierto que cuando una persona cambia su pauta de actuación minimamente (según tu criterio) te genera una sensación de miedo a lo desconocido y el ser humano ha evolucionado por su capacidad de estar atento ante amenazas no frontales.

Pero nos obsesionamos con la amenaza como el perro que ladra a un sospechoso mientras el otro se cuela por el balcón llevándose las joyas de tu abuela. Incluso quemamos las naves que nos quedaban antes que cualquier tipejo, disfrazado de pirata sexual extranjero, nos robe a la princesa que llevamos en nuestro destartalado galeón. Hacemos fuego de los campos de cultivo. Borramos perfiles. Devolvemos monedas de manera preventiva como un presidente americano con encuesta de popularidad baja. Vemos cómo nuestra alta autoestima inestable está más inestable que nunca porque son actitudes irracionales de "el mundo contra mí".

Y mejor manera de ver las cosas es salirse fuera en una sensación extracorpórea porque las amenazas del S.XXI no pasan por convencer de nada. En el S.XXI la gente se va, la gente no tiene palabra, las personas desaparecen, las caricias se venden, los paises se invaden después de un tratado de paz, los entrenadores se despiden tras besar el escudo del club y los amigos que ella tiene en el facebook no se la tiran, idiota, porque se acuesta contigo los días en los que no te comportas como un lobo aullando a la luna de tus malos pensamientos contemporáneos.

Cuando puedes ver las cosas en global sin el filtro que te da tu mala cabeza, sueles acertar más. Es cuestión de mirar en general y de aprender que si en las decisiones libres que nos da esta vida aún está ahí, eso es lo que importa. ¿Sabes que ese chico que te gusta y esa niñata casquivana que conoces se han hecho amigos en facebook?

1 comentario:

C. dijo...

Sí, supongo que eso es lo que importa...

Gracias