Leo algunos datos que utilizan las feministas para expresar lo mal que está el mundo y que se basan en ratificar que las ministras españolas (que son más que los hombres pero lo hacen tan mal como los machotes con cartera) tienen, aun siendo más, muchos menos hijos que sus colegas masculinos.
Consideran, con ello, que ser mujer, triunfadora (si ser ministro es triunfar) y madre no es tan sencillo como ser hombre, ministro (evito decir triunfador) y padre en este país.
Es un argumento utilizado, pero es un argumento.
Lo cierto es que ser mujer, trabajar, procrear y seguir con el trasero duro sigue siendo complicado por muchos motivos.
Primero porque quieras o no el reloj biológico está ahí y por absoluta consideración biológica afecta más a la mujer que al donante de semen, por mucho que estés ahí junto a tu media naranja preocupado y dispuesto durante la gestación y los primeros años de vida de la criatura.
Después porque, y aquí me meto donde no me llama nadie, muchas mujeres han considerado que para triunfar han de adoptar roles masculinos. Es más, estudios han demostrado que las mujeres de éxito tienen más testosterona, que es lo mismo que decir que son machotes con más labios de lo normal. Después, leyendo un poco, se puede decir que lo que se ha estudiado son las actitudes frente a los riesgos y quien se arriesga suele tener más testosterona (sea hombre o mujer), pero el titular está ahí, minando la moral popular.
Segundo porque cuando algunas mujeres intentan abordar ese complicado cambio que obliga a frenar en el devenir contínuo de reuniones y viajes, de disponibilidad laboral y excéntricidad femenina, descubren que no quieren deshacerse de ninguna parte de su vida porque creen, y ahi hay (un niño que dice !ay!) un error basado en la imagen que tienen del hombrecito fecundador convencional. Los hombres (a no ser que alguno disfrute encontrando a la mujer maruja encantada de ser una mantenida que sigue existiendo entre nosotros y que yo no querría para mi) también hemos aprendido muchas cosas y sobre todo que la paternidad es una obligación que hay que considerar con responsabilidad durante el resto de nuestros días (quizá por eso algunos que deseamos ciertamente dar un cambio en nuestras vidas, nos asustamos).
Pero no se ve así y cuando unos científicos de Irán, donde hay mas cosas aparte de bombas atómicas, publican que son capaces de adivinar con un sencillo test los años fértiles de cada mujer según la hormona anti-mulleriana en sangre existen muchas mujeres que se quedan quietas un momento mientras buscan el sonido incesante del reloj que no se suele reconocer existe igualmente en los hombres de la misma forma que la menopausia no sólamente es femenina.
Ser mujer, trabajar y procrear es complicado. Tan complicado como ser hombre, trabajar y procrear. Las responsabilidades en la sociedad en la que me gusta pensar que vivo (en mi cabeza) van al 50%. Debo de estar menopaúsico o estos calores son debidos al principio del verano.
Lo que me duele es que me han dicho que es mucho mejor que recibir un aumento, viajar a un pais nuevo o que te hagan ministro. Pero si lo quieres hacer bien, lleva tiempo y siendo hombre hacen falta 2 (siendo mujer no).
Tic.
Tac.
Toc.
Triunfar nunca fue tener la nómina más alta, ni siquiera ser ministro. O ministra.
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