Una de las cosas que aprendimos en las películas es que todo el daño infringido al malo es poco.
Además cuanto más salvaje se sea, más mola. ¿Alguien ha pedido Chucrut frito? - grita Di Caprio al principio de la más que mediocre última de Tarantino mientras quema a los nazis con un lanzallamas.
Así que, como en una película, lo primero que hay que hacer es determinar quien es el malo. El malo, por definición, es de derechas, hombre, economicamente autosuficiente, preferiblemente blanco y supuestamente poderoso.
Lo segundo es considerar que todo, absolutamente todo lo que hace, surge de una maldad innata. No es que sea por sus propios intereses sino porque es malo. Sería lo mismo que creer que Bolsonaro (que no me cae bien) grita como un loco feliz cuando ve quemarse el Amazonas. Que al dueño de Primark le sale igual pagar a unas costureras escocesas que a niños en la india, pero le gusta ver a los niños sufrir. Que Plácido Domingo ensaya mientras azota sopranos. Que todos los hombres, sólo por tener polla, salen a la calle con ganas de violar violentamente a cualquier mujer. Que los reggettoneros no tienen sentimientos (bueno, esto es cuestionable). Que incluso alguna mujer, aunque naciera en 1897, quería ser racista, machista , borracha y homófoba mientras escribía "Los Cinco". Que los ganaderos ensucian a sus animales y que los toros abusan sexualmente de las vacas sin llevarlas flores para un cortejo vacuno.
Con esas bases ya tenemos a los malos y sus actos de seres malos. Como nosotros estamos aqui para salvaguardar la verdad y la decencia, castiguémosles.
Castremos a los corzos, porque son machos. Vetemos a Plácido, a Tangana, a SDFK. Pidamos el toque de queda para los hombres. Quememos los libros de "los cinco" y "caperucita roja", que aunque era roja era sexista. Digamos, locamente, que los bomberos son machistas porque las pruebas físicas las pasan más hombres pero las enfermeras no porque hay muchas más mujeres y eso está muy bien. Quitemos el porno, Curro Jimenez, el futbol masculino y crucifiquemos a Bertin Osborne. Juana Rivas es una defenestrada por el heteropatriarcado e Infancia Libre unas incomprendidas.
Al fin y al cabo, si la verdad es nuestra y los malos son los demás, cualquier daño es poco.
Luego, si eso, te vas a la cama pensando que es el camino correcto para las igualdades.
La vida no es una película. Esas soluciones sólo valen para películas de serie B. A algunos, que viven en un guión de mierda, les parece perfecto que en los premios MTV del 2019 se pida la igualdad asi:
Pd: recordamos Pasada de frenada.
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