Mal dia para buscar

9 de mayo de 2014

Yago -vs- Lo que es.

Quiero pensar, aunque es un artificio, que Yago se puso ese mono ajustado con el que llegó a rozar el cielo a las 8h56 y cogió impulso por el pasillo. El pelo atrás, los ojos imaginando los pasos en el aire, el tiempo pasando a cámara lenta, los pies agarrándose a la alfombra y ésta, retorciéndose a su paso. Entonces atravesó la ventana del fondo intentando llegar al edificio de enfrente, cerrando la mirada en ese momento de ingravidez que tiene la consecución de los récords.

Y ya pasó.

Sentado al lado de Marco Pantani, de el Chava, de Urtain. Sentado al lado del que se ligó a la más guapa del colegio en un recreo y nunca más tuvo a nadie que le quisiera. Sentado al lado de un marido carpintero de Elizabeth Taylor mientras uno de los Milli Vanilli les hace los coros.

Y, al fondo, cien millones de tipos que soñaron con la gloria les envidian desde lejos. Son los que pueblan las gradas, los que anhelan un minuto de gloria corriendo al lado de los ciclistas, los que se ponen camisetas de sus ídolos musicales. Son los que se acuestan soñando con tener entre sus brazos a Linda Evangelista.

Los minutos de éxito o las temporadas de grises.

El césped siempre está más verde y más lejos en casa del vecino. A 8 metros y 56 centímetros, a un tour, a un Grammy o a un K.O de la verdad. Todos viven en un lugar donde se olvida la maravilla que es despertarse, mirar a un lado y sonreir sin pensar en más. Ni en lo que fue ni en lo que será. 

Lo que es.

3 comentarios:

Alberto Secades dijo...

Yago Lamela saltó 8.40 metros, para ser subcampeón del Mundo, en Sevilla, el 28 de agosto de 1999. Dos días después nacía mi primer hijo, al que llamamos Santiago Jesús, con la intención de llamarle Yago. Una decisión que habíamos tomado tiempo antes.

Viviendo en Oviedo, ciudad en la que entrenaba el atleta, con ese aire grandón que gastamos los asturianos, nos acostumbramos a que nos preguntaran si le habíamos llamado así, "por Yago Lamela". Y escogimos una respuesta preventiva, que repetíamos siempre: le llamamos así, "a pesar" de Yago Lamela.

Era un ídolo deportivo; como muchos de ellos, sus pies (aunque volasen) estaban hechos de barro, el material frágil con el que se moldean los sueños.

Qué difícil resulta, a veces, encontrar motivos para mirar adelante, en lugar de hacia abajo (como el vídeo de ayer) o hacia atrás (como el asturiano de hoy).

Una lástima.

pesimistas existenciales dijo...

El récord de Yago: 8m56 http://es.wikipedia.org/wiki/Yago_Lamela . Ibas a poner al hijo Yago? Mejor eso que Carlos Maikel

Alberto Secades dijo...

El récord de 8.56 fue en el Mundial de Maebashi (Japón), en marzo del mismo año, que hizo que se convirtiera en una grandísima promesa y la mayor alternativa, el cubano Iván Pedroso, que le batiría en ambas citas del '99.

Pero en Sevilla, donde apretó mucho al cubano, se quedó en 8.40 dos días antes de que mayor naciera y nos sentimos vinculados a sus dramas personales, desde entonces.

PD: el pequeño se llama Martín Carlos; casi la clavas.

Creo que tengo un poco de (más) ganas de juerga.