Mal dia para buscar

9 de octubre de 2009

Nuestro efecto tetris

Se llama, y es su nombre real, "efecto tetris" cuando tu mente está tan tremendamente afectada por algun tipo de actividad casi obsesiva que se te aparecen piezas cuando estas durmiendo. Quien dice piezas dice la cara de ese cliente cabrón o partes de tu último estudio o, simplemente, la cara de aquella persona.

Cada uno tenemos nuestro efecto tetris particular.

Yo los he tenido todos. Pasé parte de las clases de mecánica de tercero jugando al dichoso juego. Me obsesioné con aquella mujer y soñaba con sus estupendos y turgentes pechos día sí y día también. Me levanté, una temporada, visualizando una nueva denuncia e incluso me he despertado varias veces a media noche creyendo cierto algo exclusivamente presente en mi cerebro (cosas buenas y cosas malas). Los medicamentos derivados de los opiáceos como, por ejemplo, el sevredol (sulfato de morfina) y que se utilizan como paliativos del dolor producen el mismo efecto que sufrían los indios al fumar la pipa de la paz: ensoñaciones prácticamente reales hasta el punto de no poder diferenciar los estados de vigilia y sueño. Sueñas que estás jugando al tetris con una intensidad casi real.

Tal y como están las cosas supongo que parte de nuestros políticos se levantan pensando con un nuevo "puto pen drive, macho" o con 5 millones de parados. Tal y como están las cosas supongo que Florentino (Real Madrid) es capaz de visualizar un nuevo fichaje estrella mientras algunos visualizamos un 2% de iva adicional devorando violentamente nuestras cuentas bancarias.

Lo cierto es que se supone que este efecto únicamente se despierta cuando se realizan actividades repetitivas en las cuales la toma de decisiones es secundaria respecto de la percepción de los estímulos (un juego sencillo, básicamente. Un trabajo rutinario, como sexador de pollos(*), por ejemplo)

Dicen que: cuando empiezas a jugar, tu cerebro necesita mucha cantidad de glucosa para aprender. Luego se estabiliza. Los cambios que se experimentan son bioquí­micos. El cerebro quiere seguir arreglando, inventando, construyendo, entendiendo y solucinando. De ahí­ viene que sea adictivo. (articulo en ingles)

Aún así, ¿quien no tiene su particular efecto tetris?


(*)Pd: a una amiga le llegó un curriculum. Llamó a la candidata. "A que se dedicaba usted entre los años XX y XY?"-le preguntó. "Separaba las hembras en una cadena de una granja avícola"- respondió sorprendida. "Ah..."-dijo mi amiga-"...como aquí pone sacadora de pollas...." (verídico)

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