Cuatro mil días después de aquel año obcecado ..Detecto que al fin te dignaste a cumplir con la cita inaudible.Y me alegro .. y me enfado a la vez.
Después de estudiar con cuidado este caso ejerciendo a la vez de fiscal y abogado ..De juez imparcial, sentencio lo nuestro ..Diciendo que el fallo más grande pasó por guardar solamente los días más gratos Y olvidar los demás.
Mirarte de frente. Admito en voz alta .. que no pocas veces he sido tentado en coger la esperanza y lanzarla sin más a la fosa común donde yacen los sueños .. que nos diferencian.
Tal vez, ¿has pensado en renunciar? Yo aún no.
Hada helada en vuelo inerte .. Tú nunca cambiarás. Hada helada en vuelo inerte .. Tú nunca caerás.
Tal vez, ¿has pensado en crecer más? Más no ..Tal vez, ¿te conseguiste equilibrar? Yo aún no.
Vamos a correr el gran sprint final y al cruzar la línea los dos ganarán.
Voy a romper las ventanas Para que lluevan cristales. Ven a romper las ventanas, Ven a gritar como antes.
Ven a romper las ventanas Y hacer del caos un arte.Voy a romper tus ventanas Y voy a entrar como el aire.
Ven a romper las ventanas Y hacer del caos un arte.Voy a romper tus ventanas Y voy a entrar como el aire.
Y esto viene porque alguien me encontró esto, hoy:
Últimos días de 1999 - EPÍLOGO
La vida son ironías en forma de capicúa. Y más tarde o más temprano, todo vuelve a un punto inicial, como un dibujo en forma de perverso lazo. La meta se parece al punto de partida, y lo del medio es sólo un camino que sirve para que, al final, comprendamos el inicio.
Te daré un ejemplo. El disco se hizo para rememorar lo acaecido en 1999. Entiéndeme. De alguna manera tenía que sacar provecho de la historia, ya me conoces, tengo bastantes defectos pero no podrás negar que, con el tiempo, he ido espabilando. La ironía del asunto es que, dentro de unos años, tú estarás algo más diluida y será aquella inolvidable gira, organizada con el pretexto de evocarte, lo que convertirá tu recuerdo en algo mucho más agradable. Y, de repente, todo ha cogido sentido. En cierta manera, conocerte me ha cambiado un par de veces la vida, entonces y ahora.
Aquí dentro encontrarás, simplemente, una selección de emociones. La mayoría de ellas, inmensas, inabarcables. Este compendio de imágenes con agradables ruidos quieren hablar de la alquimia: convertir una historia algo triste en una auténtica celebración. Gracias, de veras. Tendría que hacerte un monumento.
¿Sabes? Hace poco, alguien me pidió consejo, como si yo supiera algo de la vida, puedes reírte a gusto, tú que me conoces. La cuestión es que aquella persona quería saber cómo borrar a alguien de su cabeza para seguir adelante. Simplemente le pregunté:- ¿Y quién dijo que tienes que olvidar?
En mi caso, olvidarte significaba renunciar a mí mismo. Sin embargo, hace poco me llamaste, preguntando si 1999 hablaba de nosotros, te lo negué rotundamente. Llegué a decirte, entre risas, que lo nuestro no había sido tan importante. Pillaste la broma al instante, y te callaste, educadamente, claudicando a mi pequeña victoria. Luego colgaste y “ya nos veremos”. Como tiene que ser. Pero tampoco te mentía. Me explicaré. Aquí está todo muy convenientemente mezclado. Pasado, presente y me atrevería a decir que futuro, tú y otras personas. La batalla entre realidad y pura fantasía sigue en tablas. Como en aquellos tiempos, aún hoy, podría enervarte. En eso no he cambiado.Me he hecho mayor sin haber madurado.
Pero ahora va una verdad.
Aquí hay mucho esfuerzo, química, y magia, te lo aseguro. Por parte de la banda, como de nuestro equipo, de todos los que nos han ayudado en algún momento y, por supuesto y sobre todas las cosas, los que han acudido a nuestros conciertos, algunos de ellos, repitiendo, una y otra vez, dando sentido a tantas y tantas millas recorridas, de un lado a otro, como si anduviéramos huyendo de un punto fijo y estable donde parece que no pase nada, y esa nada da tanto miedo como aquellas cosas calladas que uno sabe que están a punto de explotar. Aquí dentro hay dos años encapsulados, dos años de ilusiones compartidas, en los que, definitivamente, un grupo de amigos recogimos los frutos de remar en la misma dirección.
Y estar allí, junto a personas que quieres, te lo aseguro, es un auténtico regalo.
Pero aún vive el monstruo y aún no hay paz. Son ese tipo de sensaciones con las que uno tiene que aprender a convivir, hasta el fin. Y sigo pensando en que no pienso crecer más. Y sigo queriendo romper tus ventanas.No te aconsejo que te relajes. Sí.
Voy a romper tus ventanas.
Y voy a entrar como el aire.
Eso, y la versión traducida de lo nuevo de Damien Rice.
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