Mal dia para buscar

24 de febrero de 2012

La intuición (y la felicidad)

Hay más de un motivo por el que algunas de las veces las decisiones no tienen que ser razonadas. Hay más de una ocasión en las que el exceso de información nos bloquea y no somos capaces de actuar con las líneas que nos marca la intuición. Sobreinformarnos puede, en muchos momentos, matar a esa parte de la realidad que también nos incluye y que nos indica un camino o una decisión que nos parece la correcta pero que desconocemos el motivo racional por lo que nos parece así.
Punset, que es todo corazón, cree que muchas veces la intuición es, cual navaja de Okcham, la decision correcta.




Con lo cual podemos llegar a la conclusión que no disponer de toda la información nos puede permitir avanzar e incluso acertar de una manera mejor y más positiva que la que deriva de saberlo todo (o de creer saberlo todo). A veces es mejor saltar al vacío que sentarse al borde del acantilado a calcular si nos vamos a desgraciar en la caída. A veces disponer de demasiada información o incluso hacer una asamblea con los pros y los contras del cambio o del nuevo camino que tomar lo único que consigue es que vayamos comprando boletos en la rifa del error si es que no nos deja deliberando mientras van pasando las oportunidades.

Y yo no soy un tipo intuitivo y siempre me esforcé en estar casi sobreinformado.
Y envidio a aquellos que son capaces de hacer algunas cosas porque sí.
En esta sociedad en la que es muy sencillo ser un adicto a la información los desinformados hacen más cosas y, muchas veces, hasta son más felices.

No hay comentarios: