Mal dia para buscar

24 de abril de 2011

Tampón on the rocks

Hace unas semanas, en una pausa publicitaria y tras recordar alguna de las atrocidades que se comenten bajo sospechosos bulos médicos que circulan por ahí y explicar cómo alguna jovencita ha terminado sus días enganchada porque le explicaron que meterse unas rayas adelgazaba, llegaron a mis oidos dos prácticas desconocidas para mi:

- Esnifar tabaco (rapé) para no tener que salir a fumar a la calle pensando, además, que es menos dañino
- Impregnar un tampón en alcohol para asimilarlo de manera vaginal (rectal en el caso masculino) con lo que se evita el aliento en el control de alcoholemia y parece ser que se logra un efecto más rápido (independientemente que te abrase por dentro, claro está).

Pues bien, tras conversación con una de esas personas que conoce de primera mano las miserias de la noche (una de esas que va en la ambulancia con el accidentado de turno), descubro que ambas prácticas son verídicas y importadas de sociedades teóricamente mucho más avanzadas y donde los jóvenes disponen de mucha más información que la nuestra.

Las sumo, entonces, al Eyeballing, que es aquello de beber por los ojos.

Mi estupefacción me impide decir nada coherente pero me afirmo en aquello que dice que nosotros hemos sido una generación bastante mala pero... ¿tan gilipollas?

3 comentarios:

Unknown dijo...

Pues sí, porque no le veo yo el punto a eso de colocarse como un perro a toda velocidad, ¿donde queda el saborear la copa-o al menos las primeras-, donde el alargar las conversaciones hasta el infinito...?
Y eso que ya me he quitao de casi todo, pero el tiempo alargado era-es parte del placer

Anónimo dijo...

No he podido evitar el reir imaginando esas escenas, sobre todo la del tampax. No entro en juicios.

María dijo...

Increíble, si... Por qué son así de gilipollas? Antes también había tampax y teniamos ojos y los mismos "orificios"... y las mismas ganas de pasarlo bien y ese punto de inconsciencia. Me lo pregunto mucho, la verdad...