Mal dia para buscar

7 de abril de 2011

Medicinas morales vs colegios de pago

Publica la prensa de hoy que si se logra llegar a los 18 años sin fumar, ya no se fuma. Yo empecé a fumar con 22 con lo que se deduce que no debo de ser un fumador o se lanzan estudios como quien aprende a jugar al frisbee sin tener en cuenta los casos anómalos como el mío.

También es verdad que no podría ser un alcohólico porque llevo muy mal los días de resaca y, además, tengo demasiadas cosas pendientes como para permitirme malgastar el tiempo sentado en la barra de un bar maldiciéndome como si fuera Tom Waits en pleno proceso de creación de un disco.

No me he drogado nunca de manera malvada (cocaina, éxtasis, speed, lsd, etc...) porque tengo en aprecio a las pocas neuronas que me quedan y soy incapaz de robar a una viejecita porque cuando me dispongo a hacerlo su cara se materializa en la de mi madre y robar a una madre va contranatura.

Y estoy plenamente convencido que me sucede, en lo sexual, los mismo que a Woody Allen en "Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar". Cuando intento ser malo aparece escondido en mi cabeza un pequeño cura (min 6.45) que me impide ir contra la moral.

Así que cuando leo que algunos científicos están estudiando la fabricación de pastillas que, al estilo del prozac, sean capaces de mejorar la moralidad humana miro en la repisa del baño, descubro que no tengo antiojeras y me maldigo por tener cara de malote y haber sido un mierda que ahora descubre que ni siquiera es fumador.

Las medicinas para la moralidad cuando yo era pequeño se llamaban "colegios de pago" aunque he de reconocer que se aprende lo mismo que en uno público pero pagando y recibiendo repetidas reprimendas de los hermanos de La Salle.

No me arrepiento de ser así como soy pero soy consciente que si no tuviera más de un problema moral aprendido entre clase de religión y clase de matemáticas sería una persona a la que un tipo como yo podría llegar a aborrecer porque llevo mi pequeña ética de serie contra la que no puedo luchar. Estoy vacunado contra los deslices morales. Tengo un poco de resaca y muchas ojeras. La resaca se cura durmiendo. Las ojeras con abrazos. El declive moral de nuestras nuevas sociedades no creo que tenga su solución en los fármacos.


Pd: No viene a cuento. Llevo unos meses con ganas de hotel pero ni me llevan ni me dejan llevar porque tengo vivienda en propiedad y no soy capaz de explicar esa sensación de una habitación de varias estrellas donde tienes de todo pero está impregnada con los amargos colores de soledad que siempre me transmiten los pasillos enmoquetados de los hoteles, y ya estoy subordinando demasiado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y yo llevo meses con ganas de subir en avion pero ya no tengo a quien ir a ver.