Cuando se puso de moda Breaking Bad tuve una revelación: es una serie que triunfaba, sobre todo, en gente que no estaba acostumbrada a ver series. Viene a ser como mucho éxitos musicales, que triunfan en una mayoría de personas que no están acostumbradas a escuchar música ( Fito el malo, Leiva). Ese razonamiento lo llevé un poco más allá y llegué a la conclusión siguiente. Grandes artistas son: A) los que hacen algo por primera vez y, aquí está el quid, B) los que hacen lo mismo que otros antes, pero mejor.
Jimmi Hendrix, Led Zepellin o Chuck Berry hicieron algo nuevo. Madonna cogió algo que ya existía y lo profesionalizó. A mitad de camino está Michael Jackson, que unió el soul y el pop de una forma mágica, te guste o no. Los Smiths se atormentaron , pero fueron los de Seattle los que lo convirtieron en drama. Probablemente tampoco soy tan experto, en realidad no soy experto en nada, aunque sé lo que quiero decir. Existe un momento en el que muchas de las cosas dejan de sorprenderte porque tienes la sensación de haberlo visto antes, de haberlo oido, de haberlo saboreado, de haberlo sufrido. Cuando el primer amor termina todo es un drama. La sensación de final, la amarga y desconocida angustia de la soledad. La rabia, el desamor, la incapacidad de estar en todos esos lugares en los que has idealizado que fuiste feliz. Luego llega la segunda ruptura. Y la tercera. Y la treinta y dos. Entonces sabes que todas esas sensaciones ya las conoces y son incapaces de sorprenderte, como canciones que has oido o series que ya has visto, aunque sean con otros actores. Por supuesto que hay variantes y sorpresas magníficas, pero en la mayor parte de los casos no es nuevo. Deja de ser sorprendente. Deja de ser. Te enfría. Si nos viéramos por un plano secuencia infinito pareceríamos seres de hielo.
"Por si te acuerdas de mi te he apuntado en una barra de hielo mi dirección y mis mejores deseos"- dice una de las frases de mis canciones.
Afortunadamente existe una mayoría opuesta. Gente que se estuvo riendo mucho con "8 apellidos vascos" y que fue a ver "8 apellidos catalanes" y "8 apellidos marroquís", creyendo que no eran la misma infame y mediocre película. Después no entienden "un pez llamado Wanda" o no encuentran la gracia a "1941", "zombieland", "el jovencito frankenstein", "aterriza como puedas", "el mundo está loco, loco , loco" o "amanece que no es poco". Son títulos que se me ocurren sin pensar demasiado pero ejemplifican lo que quiero decir. Si no existiera esa gente no tendríamos más que las tres buenas de Star Wars, la primera de Rocky, ningún refrito de series conocidas y no se iba a producir ningún remake. Ayer dieron por la tele "el peor vecino del mundo" cuando la buena es "Ove", pero es sueca. Hay quien se cree muy original por comprarse un Alfa Romeo Junior, pero es un Jeep Avenger, un Opel Corsa, un Peugeot 2008 y un Fiat 600, entre otros. Cuando hay fans de Oasis que afirman que no les gusta The Stone Roses, no me valen como criterio. De todas formas hay una parte dentro de la psique del cerebro que parece necesitar de las sorpresas, aunque sean inventadas. Por eso todos conocemos a alguien que le encanta vivir de la emoción al drama como en una montaña rusa de sensaciones. También es verdad que lo mismo te envían unas fotos de amor infinito el martes y te lloran por la pérdida el viernes, hasta que se meten una raya de entusiasmo con algo que conocieron el sábado a las seis, antes de llegar a casa. Viene a ser como haber sido sometido a electroshock y volver a sentir el gusto de descubrir la comida que te apasiona, una y otra vez. Quizá es tan adictiva la serotonina desparramada por las terminaciones nerviosas que da lo mismo lo que lo genere porque lo que importa es la sensación. Vivo, muchos días, odiando la capacidad que tiene una mayoría de ser aparentemente feliz con globos que se pinchan o juguetes que ya estaban rotos.
Es envidia, lo sé.
Porque tengo más ganas de sorprenderme que de vivir, pero esa serie y ese disco ya lo vi antes. También hay conciertos en los que no me atrevo a entrar porque creo que no voy a ser capaz de entenderlos, pero eso es otra parte del cuento. En el 2025 se espera una película de Superman, otra de Avatar y alguna entrega de Jurassic Park. Ya verás como María del Carmen te intenta convencer de lo mucho que se ha sorprendido con cada una y, después, te presentará a su nuevo amor de esa semana.
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