Mal dia para buscar

20 de diciembre de 2023

Los dolores perennes.

Existen grandísimas mentiras que nos gusta creer. Tampoco, como los decimales de pi, pueden escribirse todas. De la misma forma que existen juegos en los que la única forma de ganar es no jugar, hay obviedades que simplemente hay que admitirlas. Algunos lo descubren con el cuarto decimal y otros llegan al número un millón, pero el resultado es el mismo.

Durante muchos años quise creer que aceptar la verdad era una forma de rendición. Que, en el campo de batalla de la vida y entre las trincheras que son los momentos de calma que van llegando poco a poco disfrazados de armisticios, asumir que siempre habrá fronteras y enemigos con los que llegar a acuerdos era perder.

No lo es.

Si algo tienen los años es ir aceptando la certificación de lo crónico. Es su segunda acepción y dicho de una dolencia es: habitual. Uno se levanta con ello, se acuesta con ello y baja en el ascensor con ello. Por mucho que se vaya al fisioterapeuta, se haga un ejercicio de mantenimiento, se lea un libro de autoayuda o acuda a las drogas, está ahí. Nunca estuvo en nuestros propósitos e incluso podemos jurar y demostrar que no dimos pasos en aquella dirección pero está. Como las arrugas, como la calvicie, como un día de lluvia esperando delante de un semáforo en rojo.

Es cierto, absolutamente, que los amigos, la certeza de que alguien nos quiere, respirar los martes, los atardeceres frente al Cantábrico o simplemente dormir ocho horas es algo que está ahí y que muchas veces lo damos como algo que no tiene importancia aunque es un milagro que tenemos frente a nosotros cada día. De la misma forma hay dolores disfrazados de ausencias que están, perennes. Es un dolor que se vive como una punzada y una sensación de desamparo parecida a estar perdido en un camino desconocido esperando, en vano, esa mirada a la que recurrir cuando no se sabe el desvío que tomar.

Sin embargo, con el tiempo y los años, se vive con ello. Así que sé que todos los días duele y algunos, sin buscarlo, son un poco más intensos. Hoy es 20 de diciembre.

1 comentario:

Orlando dijo...

A los libros
de autoayuda,
desde luego,
los hago
desaparecer,
de resto, todo
bien .