Mal dia para buscar

10 de junio de 2021

Indultos, artistas, simplificaciones y espárragos.

Uno de los discos más importantes de la historia de la música, sin lugar a dudas, es el Off The Wall de Michael Jackson. Publicado en 1979 defiende esa teoría que yo mantengo que dice que si un disco se vende mucho, el bueno es el anterior. Off The Wall vendió 20 millones de discos y Thriller, más de 50. Claro que Thriller es una jodida maravilla te guste o no Michael.


Obviamente reconocer que Michael Jackson marcó un punto y aparte en la música no significa que todo lo que hiciera en su vida sea una genialidad. Es absurdo creer que si se te mueven los pies con Beat It, por defecto, te gustan los parques de atracciones infantiles y aclararte la piel.

Si alguien ha puesto en la gran pantalla las inseguridades humanas contemporáneas de una forma cruda y amable a la vez ha sido Woody Allen. Ese final de Annie Hall ( sin hacer de menos a las conversaciones con Humphrey Bogart en "sueños de un seductor") lleno de pragmatismo, humor y cariño poniendo un listón altísimo en esa lucha a muerte del cine de las personas contra el cine de los superhéroes. Porque el cine son, también, las historias posibles que suceden en nuestra galaxia.


Y está claro que a mi no me gustan las asiáticas adoptadas junto a mi mujer. En general las asiáticas, en cuestiones de atracción física incontenible, no me atraen. Va por gustos. 

Me parece descomunal Jimmy Hendrix pero no significa que sea heroinómano. Aunque creo que está sobrevalorado, Kurt Cobain tiene un hueco en la historia de la música, pero no me dan ganas de meterme un rifle en la boca y apretar el gatillo. Janis, como la gran blanca de voz negra que fue, ha hecho que me lea su biografía pero no voy por ahí tirándome lo que pillo entre bambalinas después de terminarme el whisky. Incluso la voz de Plácido Domingo me resulta espectacular, pero no me tiro a mis compañeras de teatro. Y, como puede hacerte entender una única neurona, que me guste cualquiera de los que he citado no significa en absoluto que apruebe lo que cuentan de sus vidas personales. Dali y Picasso eran unos auténticos hijos de puta pero también eran genios. 

Si, en un restaurante de Galapagar y en la mesa de al lado, Irene Montero y su esposo mantecoso piden un filete con patatas y yo hago lo mismo en mi mesa, no significa en absoluto que tengamos la misma opinión sobre Plácido Domingo. Solo significa que ese día nos apetece carne a los dos o que nos gusta, !qué pecado!, la forma en la que sazonan el solomillo en dicho establecimiento.

Hasta aquí todo lo que he explicado resulta de una lógica descomunal.

Curiosamente mi abuela, que nació hace más de cien años, pensaba que si te veían con un homosexual quizá te iban a acusar de serlo. Luego se apremiaba a decir que no tiene nada de malo ser homosexual pero, en verdad, no le hacía mucha gracia. En su defensa diré que su edad y su fallecimiento la eximen de culpa. Sin embargo Irene, la misma del filete, está muy a favor de censurar a Plácido Domingo, a Woody Allen y, si le pones, a Michael Jackson. Por alguna razón tan absurda como el comportamiento de mi abuela piensa que si oyes Thriller o una ópera te da por abusar sexualmente de cualquier mujer indefensa y menor que te encuentres por la calle. Con ello lo único que podemos demostrar es que resulta tan o más retrógrada que mi abuela. Qed.

Tristemente he de admitir que éste no es un comportamiento exclusivamente fruto de la izquierda capitalista alimentada de postureo sin experiencia en el mundo real, sino que es fruto de la simplificación mental de la misma manera que para algunos el hecho que a mi comercio venga un antiguo simpatizante de la banda asesina Eta a comprar ordenadores pueda significar que yo juego a Call of Duty, bomba lapa edition. Es algo tontísimo. Exactamente igual que la quema de libros por parte de los nazis, la destrucción de ruinas por los Talibanes o censurar los libros que no te gustan o pedir que ilegalicen a Herri Batasuna o a Vox porque son unos fanáticos peligrosos. Los extremos suelen cometer las mismas tonterías ideológicas tanto en la exaltación de lo suyo como en el desprecio del contrario. En ambos casos parten de la idea, imbécil, infantil y simplista, que pertenecer a algo implica seguidismo absoluto de todos y cada uno de los arquetipos de su bando.

Por ejemplo: si yo estuviera en contra de indultar a alguien que se ha pasado las leyes por el forro de sus cojones, ha asegurado que lo volvería a hacer, ha utilizado dinero público para sus propios intereses y ha colaborado en generar odios xenófobos en pleno siglo XXI.. si fuera así, no significa que otro tipo que piense lo mismo pero también esté a favor de la castración de los votantes de la CUP me obligue a mi a ir por ahí cortando genitales independentistas radicales. Que yo esté de acuerdo en una cosa contigo no significa que te pueda despreciar en otras muchas. Viene a ser como lo del filete pero en cuestiones de indultos.

Otra cosa es que yo me vaya con Alberto Garzón, Fatima y Ione Belarra a protestar (como están haciendo) contra la reforma de la factura de la luz que ha aprobado una comisión en la que estaban los tres, porque estaban. ( Curioso esto de poner una ley y criticarte a ti mismo a golpe de tuit y de Iva). Son los hechos y los resultados los que tienen peso en mi manera de ver el mundo.

Vuelvo a lo de siempre: Critícame por lo que hago, por lo que digo. Pero si me criticas por lo que hacen otros con los que un día coincidí tomando un café, eres imbécil. 

Si creo que hay indultos que están fuera de lugar y da la casualidad que un gilipollas coincide conmigo en eso, no me convierto en gilipollas.

Y por supuesto si te gustan los Doors no eres un yonki. Si te gusta Michael no eres pederasta. Si te vuelve loco Janis no eres un borracho. Si te quedas con el culo torcido delante de El Gernika no eres un maltratador. Si "el gran masturbador" te inquieta no estas loco y te sale bigote. Si conoces Bohemiam Rapsody no te apetece que te dejen el culo roto en un bar de una gasolinera mientras te metes diez rayas. Y si te gusta Woody Allen no te tienes que ir con una asiática. Es más, si te gusta Melendi no tienes que subir borracho a los aviones o si tienes trap en tus preferencias no usas a las mujeres como sirvientes sexuales. Solamente tienes un gusto más que discutible.

Pero es más fácil simplificar porque de esa forma no hay que usar ni razonar argumentos.

Explícame por qué, de la misma forma que quemar un contenedor de basura en Euskadi tenía una pena mayor que quemar un contenedor de basura en Badajoz, alguien que se salta la ley pidiendo la rebelión mientras coge dinero público para sus cosas ha de ser indultado y. sin embargo, Rodrigo Rato ( que también se ha quedado dinero público para sus cosas) no.

Claro que si indultaran a Rodrigo me parecería igual de mal. Probablemente, en ese caso, mis compañeros de manifestación serían otros.

Y en vez de fascista me llamarían comunista.
Y escribiría el mismo texto.

Porque de la misma manera que no me gusta todo lo que hicieron los Beatles o Prince tampoco estoy de acuerdo con todo lo que piensas tu. Y no soy tú.  Tampoco Prince. Estoy seguro que a Prince le gustaban los espárragos y yo los aborrezco.

Pues con la ideología pasa lo mismo que con los espárragos.
A freírlos se pueden ir los voceras que piensan como mi abuela hacía de los maricas.

2 comentarios:

pesimistas existenciales dijo...

Ya me jode que Alaska ratifique lo que intento decir: https://youtu.be/AZsSBAsSNG4

Anónimo dijo...

Se te esta poniendo alma de Vaquerizo...