Vivimos tiempos de egoismo dramático.
La web del Alcampo de Sevilla se ha equivocado. Puso, por un ratillo, una PS4 a un céntimo. Obviamente, y no hace falta ser muy inteligente, es un error. Pero como internet es como es una manada de trolls compraron un buen montón de consolas. (Algunos hasta 80) con idea, sin miedo de admitirlo, de venderlas después y sacarse un dinerillo. Al descubrirse el problema Alcampo ha cancelado los pedidos. Entonces empiezan los mensajes diciendo que es explotación, robo, ladrones, miserables... hacia el vendedor y exigiendo lo que han comprado con argumentaciones en las que parece que el vendedor es un nazi matando judíos.
Hay un ejemplo que a mi me gusta poner: si a un tipo le da un ataque al corazón en la calle y al caerse se le ve la cartera... quitársela es problema del infartado porque no debería ponerla tan fácil.
Ese argumento empieza a ser habitual. Robar, porque es robar, basando las acciones moralmente discutibles en bases legales donde la culpa siempre es de otro, parece que no es robar. Pero lo es.
Las reclamaciones a los seguros de móviles aumentan un 40% cuando se acerca el lanzamiento de un terminal nuevo. ( se han detectado 146.000 casos)
¿Cual es el problema? Que se cree que lo peor que puede pasar es quedarse como estás. Sin ps4, sin cartera. Debería de existir una pena por aprovechado, caradura, gualtrapa. Denunciar a ver qué pasa es un deporte nacional sin un castigo.
Ahora parece que todos quieren ser lo que fueron los vendedores de enciclopedias a domicilio en los 80 y 90. Esos que decían que tenían que engañar al cliente porque, y es una respuesta que me dio uno una vez, si no lo hago yo lo hará el próximo que venga.
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