Mal dia para buscar

13 de julio de 2017

Los fantasmas de la gente.

-¿De verdad que crees que conoces a las personas?- me preguntaron por un mensaje, que es por donde se dicen muchas de las cosas para las que no hay valor de decir a la cara. No es el caso pero es el medio.

Respondí algo así como que no tengo una gran seguridad sobre los vientos que llevan a las gentes a comportarse de una u otra manera pero sí que me fijo mucho y que, desafortunadamente, he aprendido a no confiar en lo que me dicen sino en lo que hacen. Que la mayoría dice mucho pero hace muy poco. Que hay más capacidad para la excusa que para la verdad. Que ese universo "polite" cada día me enfurece más. Que usando solamente ese parámetro mi dictámen sobre la bondad del mundo es bastante bajo. He sido estafado, engañado y traicionado bastantes veces, pero tengo una memoria cabronamente selectiva que me recuerda esas espinas mucho más que las caricias.
No puedo evitar sorprenderme cuando alguien cumple su palabra, llega a tiempo, coge el teléfono a cualquier hora que lo necesites, acata las normas o incluso, como acto de suprema magnificencia, se sacrifique por valores o personas que no le supongan ningún beneficio personal a corto plazo.

Puede ser que una vez leí un libro que razonaba algo bastante lógico: si se asume lo peor todo lo que venga será positivo. Ahora he aprendido que si se asume lo peor una parte de la vida, normalmente relacionada con las personas humanas, enseñará que siempre puede ser peor, que siempre puede llover.

Suena catastrófico, y lo es.

En China por poner un ejemplo tonto, decidieron poner en marcha una app para compartir paraguas. En el teléfono sale un código, coges tu paraguas, lo compartes, te proteges de la lluvia y lo dejas allá donde vayas. Bien: 300.000 paraguas robados. Eso sólo lo puede superar el mítico video de los paraguas de fitur, que también es una cuestión de jeta y de paraguas. Y demuestra algo bastante obvio: los caraduras que abusan cuando algo es gratis, aunque no les haga falta, no son siempre mediterráneos.

Entonces me pueden aparecer datos de un camping sueco donde las personas dejaban el dinero en una cesta y nadie lo robaba. Si. Me lo creo. Hay excepciones para todo. El problema es que es la excepción y los ladrones siempre son otros pero, de una forma u otra, el robo se produce. Quizá ninguno roba cien millones de la caja de seguridad de un banco pero nos fuimos sin pagar de un bar, quitamos el iva de una factura o no dijimos nada cuando no nos cobraron el segundo plato. Dime de dos personas que no tengan un programa pirata o una canción descargada irregularmente en su ordenador. Pues eso. Solo deja de ser delito si es de alguien que apareció en operación triunfo.

Sin delitos no hace falta policía y cada vez hay más patrullas. Eso tiene que significar algo.

Es una deriva en la que el estúpido lo es por buscar excusas para sus pequeñas trampas, por preocuparse más de encontrar la ley de la que aprovecharse antes que de cumplirla, de encumbrarse en la pirámide evolutiva como el nuevo referente que ve el fútbol gratis y se conoce las promociones de los días de oferta. El que te dice, ufano, "te voy a explicar" como cuando nosotros ganábamos los juegos con los comandos "poke" (un precursor del cheat engine en los spectrum) y no habíamos aprendido que lo divertido es jugar.

¿Y cual es el problema?. Que ya no importa jugar. Importa ganar.

El universo de los ganadores es un saco de oro putrefacto o quizá ganar no es ser el primero. No lo sé.

-Conozco los fantasmas de las personas y veo cómo les arrastran, a veces.- fue mi última respuesta.


In the waning days ahead, I gotta look back down the road. I know that it's not too late. All the stupid things I've said, and people I've hurt in my time. I hope it's not my fate, to keep defeating my own self, and keep repeating yesterday. I can't keep defeating myself, I can't keep repeating, the mistakes of my youth. In the dark of night, I might be able to make myself think that I'm still a younger man. But when the light of day shines down, there's no way to get around it, I'm not the younger man. I keep defeating my own self, and keep repeating yesterday. I can't keep defeating myself, I can't keep repeating, the mistakes of my youth. The choice is mine for making a better road ahead the road that I've been taking, headed for a dead-end, but it's not too late to turn around. In the final moments, I hope that I know that I tried to do best I could. To stop defeating my own self and stop repeating yesterday.I can't keep defeating myself, I can't keep repeating, the mistakes of my youth.
De hace algún tiempo a esta parte, y de ahora en adelante, tengo que volver la vista atrás en lo andado. Sé que aún no es demasiado tarde. Todas las idioteces que he dicho, y a la gente que he herido durante este tiempo... Espero que mi destino no sea continuar defraudándome a mismo y continuar repitiendo lo de ayer. No puedo seguir perjudicándome a mí mismo, no puedo seguir repitiendo los errores de mi juventud. En la oscuridad de la noche, debería ser capaz de reflexionar, para darme cuenta de que aún continúo siendo un tipo joven. Pero cuando a la luz del día le da por brillar, no hay manera de ocultarlo, ya no soy aquel joven chaval. Sigo destrozándome, y sigo repitiendo los errores del ayer. No puedo seguir maltratándome a mí mismo, ni puedo seguir repitiendo los errores de mi juventud. La elección es mía, para construir un mejor camino del que he estado tomando, de acabar en un callejón sin salida, y aún no es demasiado tarde para girar el rumbo. Llegado el momento final, espero tener la convicción de haberlo hecho lo mejor que pude. Para tratar de no castigarme y no volver a repetir los errores del pasado. No puedo dejar de martirizarme, no puedo volver a repetir los errores de mi juventud.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Intentar ganar no lleva a nada más que frustraciones. Cuanto más ganador se me presenta alguien, más huyo