Mal dia para buscar

14 de enero de 2015

El mierda anónimo y el cambio del mundo

Tuve, como cualquier magarrán que se creía el centro del universo a finales de los años 90, una época en la que me puse a tontear con las acciones de bolsa. Llevaba, con lujuriosa y excéntrica ostentación, un "busca" (si, es correcto) que me proporcionaba las cotizaciones en bolsa a tiempo real de mis valores favoritos. Nada que, en este preciso momento, no pueda hacer un teléfono de 50€ entre "guasa" y "candy crush". El caso es que una mañana en vez de comprarme 200.000 pesetas en acciones de Pescanova (que tenía un efecto rebote después de los movimientos de Zeltia) la señora del banco compró 200.000 acciones de Pescanova. De ese error me percaté en el momento en que dichas acciones empezaron a subir y afortunadamente las pude vender unas horas después por lo que solamente me quedé con los beneficios. Al llegar al cubículo que era mi apartamento y ver ese punto de rebote en la gráfica del valor tuve la certeza de haber ganado dinero sin dinero y, por otra parte, haber hecho ganar y perder dinero a otros. En defnitiva: con una llamada de teléfono (y un error) había cambiado la bolsa de un pais del primer mundo durante un rato. Lo había hecho yo que era, y sigo siendo, un mierda anónimo.

Cuando, el 28 de junio de 1914, Gavrilo Princip disparó sobre el archiduche de Austria y su mujer, detonó la primera guerra mundial que duró prácticamente hasta acabar la segunda. En realidad era un nacionalista bosnio que cambió el orden mundial sin darse cuenta y mucho antes de morir de tuberculosis. Héroe o villano, lo que era es un mierda y casi un mierda anónimo.

Probablemente es el el siglo XX en el que se descubrió que casi cualquiera podía dejar una pequeña impronta en la historia de la humanidad y, al estilo de un reality televisivo, daba igual el resultado siempre y cuando existiera esa línea en la wikipedia. Daba igual que fuera por error u omisión, daba igual ser un lobo solitario con un rifle en Dallas o un tipo al que se le hace la boca agua por cada follower. Da igual un manifestante frente a un tanque en alguna plaza de Pekin o aquel que le tiró un zapato a Bush. El caso es tener relevancia creyendo que aquello va a conllevar un buen puñado de vírgenes.

Claro está que el concepto de "historia" se ha modificado sustancialmente. Aparecer en gran hermano, ser Kim Kardashian o acostarse con un torero tiene la misma relevancia histórica que ser el perro de Paris Hilton aunque dicho cánido es más famoso que el descubridor del grafeno y los dos tienen página en la wikipedia. (Miento: Tinkerbell (el perro, que no campanilla) no tiene página propia). El camino hacia la relevancia social, que no hacia la historia de verdad, se ha acortado con la globalización. Estoy absolutamente convencido que muchas de las acciones, salvajes o estúpidas, tienen que ver con la búsqueda del reconocimiento entre nuestro entorno más próximo y es la cultura la que hace que esa búsqueda sea convertirse en un viral (al estilo "primer" mundo retrasado) o atarse el cinturón de explosivos (al estilo "retrasado" mundo). No creo que en ninguno de esos casos se busque aparecer en la Historia. Eso sí, ambas acciones las puede ejercer sin problemas cualquier mierda anónimo.

Y si un mierda anónimo puede, haciendo gala de la teoría del caos, modificar el precio del petróleo, dar una excusa para que lean tus mensajes privados, subir el gasto en armamento, monopolizar las estúpidas conversaciones de ascensor o ganar más dinero que con dos máster y tres carreras a base de enseñar culo... entonces me asusto pensando lo que puede hacer alguien con poder para cambiar nuestro entorno a voluntad. Fácil ya hemos visto que es. Sólo necesitamos a un mierda anónimo con ganas de creer que puede lograr una página propia en la wikipedia porque en el siglo XXI cualquiera puede modificar el mundo, aun sin proponérselo.

Pd: Hasta con una tontería en youtube. Ya hacen películas de eso, aunque empiecen por atemorizar a los adolescentes

1 comentario:

Alberto Secades dijo...

El vídeo de los pilotos aficionados es acojonante.
No sé de dónde sacas esas cosas (y esas ideas).
Yo ya tengo un post.