Mal dia para buscar

29 de junio de 2013

La inculta ostentación de la sexualidad

Una vez un buen amigo, cansado de buscar y de buscarse, de querer y sentirse estafado, de fracasar y sufrir como sufren los adolescentes, me dijo que había llegado a la conclusión de querer encontrar a una persona que le acompañara y que, en realidad, le daba lo mismo que fuera hombre o mujer porque lo que quería era estar bien.

Un tiempo después salió del armario de la misma forma en que se van de las fiestas las personas elegantes: sin hacer ruido. No se puso un gorro multicolor, se depiló el cuerpo y lo embadurnó en aceite para salir a la calle gritando que le dieran cachetes.

Ayer me contaban que un tipo, en medio de una comida cerca de Copacabana, esperó a que llegara la camarera para decirla, con ese tono ronco que tienen los abandonados, que si se iba a España con él la haría de oro promocionando ese culo en los prostíbulos de su ciudad. No la dijo que le parecía hermosa sino que la pensó, aceitosa y a cuatro patas, siendo sodomizada como en un video de redtube.

Una de las cosas que creo que aprendí del amor y del deseo humano es que todos lo necesitamos y que todos lo tenemos. A todos nos gusta que nos deseen y a todos nos gusta follar pero quizá bajamos la guardia cuando descubrimos que lo que más nos reconforta es el momento "valle" en el que nos vamos quedando dormidos con esa persona a nuestro lado. Más de uno escapamos al ver que nos poníamos tiernos y alguna vez quisimos salir corriendo al ver el percal en el que nos habíamos metido. No hay ninguna diferencia si quien está al lado es hombre o mujer.

Tampoco hay ninguna diferencia en el lado de la educación o de la elegancia. No hay ninguna diferencia entre un tipo que insulta a una mujer con un procaz piropo sexista y un maricón desatado gritando que le gusta tu paquete desde la puerta de un bar. Uno no es un hombre, el otro no es homosexual. Los dos son engendros hormonados que se creen más que tú. Me siento tan insultado por el degradante supuesto masculino como mis amigos por la plumosa invención de una liberación mal entendida que habla de orgullo porque el orgullo debería de ser normalidad.

Nunca fue moderno hacer ostentación de la sexualidad. En ningún caso.

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