Mal dia para buscar

11 de julio de 2025

El hacker era el gato. ( salud mental)

Ayer apareció una señora por mi comercio. No era muy mayor pero tampoco especialmente joven. Se sentó, tranquilamente, a esperar su turno. En realidad me gusta prepararme a lo que me voy a enfrentar y suelo preguntar cual es el motivo por el que viene. Si es algo sencillo, a veces, hasta les cuelo. "Tengo hackeado el móvil". Así que decidí dejarla para después.

La experiencia me dice que a nadie que está en su casa sentado sin hacer nada ni tocar nada le intervienen en el teléfono. Cuando hay algo , si es que lo hay, procede siempre de un engaño (instale esto, que es buenísimo) o de otra persona que físicamente ha interactuado con ese terminal. Jamás he visto que por arte del espíritu santo alguien se embarace o lean los mensajes de tu whatsapp. Otra cosa es la leyenda o la religión. Por eso suelo preguntar: ¿qué le lleva a usted a pensar que le han intervenido el teléfono?

-Hace cosas raras

Lo enciendo y salen mensajes de error, es verdad. -¿Esto?

-Por ejemplo- me dice.

Así que voy a los ajustes, despues de cerrar mensajes de error de sistema, miro el almacenamiento y veo que es un terminal de 80€ con el almacenamiento completo. Elimino algunas de esas aplicaciones que van instaladas de forma publicitaria ( el netflix, booking, temu, aliexpress y mierdas varias de amazon) y me encuentro que hay 40gb de fotos y videos. Lo conecto a mi ordenador, accedo a las imágenes y le comento:

-El telefono no tiene nada raro, solo que está lleno. Es como meter barras de acero en el coche hasta un punto en que el coche no puede con ello. Y no está mal el coche.

-Pues me lo habrá llenado el hacker.

Entonces giro la pantalla de mi ordenador y le pregunto: "¿Este gato de quien es?"

-Mio

-El problema, señora, es que su movil, aparte de ser una chufa con poco almacenamiento, tiene 40gb de fotos de un gato.

-Es que es muy bonito y le hago muchas fotos.

Dejé, entonces, una pausa dramática para ver si ella llegaba a algún tipo de conclusión sola.

-Le voy a pasar las fotos a un pen drive pero si vuelve a hacer lo mismo, volverá a pasar lo mismo.

Obviamente desaparecieron los errores.

Sin embargo, cuando ese proceso se estaba llevando a cabo, me empezó a comentar que cuando está en casa el hacker, a veces, le baja las persianas. Que entra en su casa y le cambia las cosas de sitio. Que la sigue por la calle y que está segura que cualquier día la va a matar. -Sabrá entonces quien es- le dije. -No, pero estoy segura.

La miré con escepticismo y pregunté: "¿Usted, y no se moleste, ha ido a algún psiquiatra que le haya valorado su esquizofrenia?". Pensé que en ese instante iba a sacar un cuchillo jamonero del bolso y respondió: "¿Conoces a mi psiquiatra?".

Como el número de fotos del gato era extenso tuvimos tiempo y empezamos a charlar. En ese caso mi actitud se basó en mantener que desde mi racionalidad lo suyo carecía de sentido  y, sinceramente, fuera de toda la paranoia resultó ser una mujer encantadora. Viuda. Con el hijo trabajando en otro país y un entorno social inexistente. Quizá, llegué a considerar, echar la culpa a una trama de espías en donde ella es el centro de la película es mucho más entretenido que aceptar la realidad. Que, como los niños que se hacen amigos imaginarios, ella tenía hackers imaginarios con quien vivir aventuras. Que cada uno escapa de la soledad absoluta de manera que su cabeza entiende.

Terminamos de pasar las fotos, le cobre una asistencia técnica y me trajo un refresco del bar.

-Te voy a decir algo- comentó al irse- Me has proporcionado mucha calma.

Yo creo que lo único que pasó es que durante un breve espacio de tiempo no se sintió sola.

Las mentes son increíbles y se protegen y se dañan de maneras sorprendentes. Llevo 30 años oyendo, cada semana, algún caso de hacker y siempre, sin excepción, es otra cosa. Pero al igual que hacemos todos en algún momento, necesitamos crear una película que nos excuse y nos valga como comodín para todo lo que nos incomoda. Puede ser Franco, los bolivarianos, el capitalismo o un hacker que te sube las persianas porque si aceptas que no recuerdas a qué fuiste a la cocina, estás echándote la culpa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si, ya , pero..... ¿ y el nombre del gato?