Mal dia para buscar

17 de septiembre de 2012

El pezón de Kate y las cruzadas

La familia real británica ha inciado acciones legales contra las publicaciones que exponen, en sus portadas sensacionalistas, el pezón de Kate. Un pezón pequeño, juguetón con el que el príncipe habrá hecho bromas y que tiene el morbo incombustible del poder, de lo prohibido, de la salvaje excitación que lleva consigo aquello que se supone que nunca estará a tu alcance. Eso es lo que lo hace especial y un titular en sí mismo con la aureola del escándalo porque hay que reconocer que pezones se ven, sin sentir cambio hormonal alguno, a diario.

Quizá, por lo de los pezones, algo nos diferencia de cuando, a principios de los 80, yo viví mis primeras poluciones con las transparencias del catálogo del Venca. Nos diferencia respecto a los infantes que se cansan de ver páginas pornográficas como algo común mientras buscan datos para hacer un corta y pega en sus trabajos de primero de la ESO.

El poder incontestable de un pezón no tiene mucho sentido en el universo 2.0 y, sin embargo, los equipos legales de la familia de una de las mujeres más ricas del planeta van a iniciar una cruzada legal contra aquellos que, cual plebeyos desconocedores de lo intocable que es la desnudez de la realeza, han cometido la insubordinación de no retirar su mirada ante el brillo de la teta real.

Nadie se preocupa de pensar que toda esa furia legal pudiera emplearse en atacar a los que explotan a los parados de Manchester o a los asalariados de la city que juegan con los intereses de las casas de los británicos de Bristol. ¿Para qué?. Saquemos a nuestros abogados del armario y lancemos una lucha sin cuartel contra Francia y contra Italia porque un día, en un yate, Kate se bajó la parte de arriba del bikini para que no se le vieran las marcas con el vestido de la recepción oficial de Suecia.

Dice el poema: "Cagar es un placer; / de cagar nadie se escapa / caga el rey, caga el papa / caga el buey, caga la vaca  / y hasta la señorita mas guapa  / hace sus bolitas de caca."

Con los pezones pasa lo mismo. Lo escandaloso no es que Kate los tenga o que uno sea más grande que otro. Ni siquiera que los enseñe. Hubiera sido mucho más divertido que se los frotara de esa manera que haceis las mujeres, que es de abajo a arriba. Lo escandaloso es que el pezón de Kate sea una excusa para que vivan de ello un grupo de abogados a sueldo de una funcionaria de lujo. No actúan por niños explotados en el tercer mundo. No se mueven porque se queme un restaurante indú en las afueras de Londres. No se alteran porque los peces el Thamesis tengan tres ojos o porque le roben el bolso a una anciana que pasea por Hide Park. Se mueven por un pezón. Vulgar, normal, elíptico y poco bronceado. Un pezón que vale mucho más que miles de injusticias que se producen a diario. Será el reality de los pezones. El gran hermano de las tetas. La salvaguarda moral de la sangre azul.

"Queremos que la muchacha sea comunal"- gritaban en Amanece que no es poco.
"Y turgente"- se oía de fondo.
"Kate, todos los pezones son contingentes pero el tuyo es necesario"- añado.

3 comentarios:

Alberto Secades dijo...

El vídeo que AQNEP:

http://www.youtube.com/watch?v=9p9XgDje0ak

pesimistas existenciales dijo...

(cambié el final (añadí una frase) despues de ver el video) Gracias, Alberto.

Alberto Secades dijo...

El punto sobre la "i".












O, más propiamente, una firma con nata montada.