Hace 25 años mis padres tenían la costumbre de ir a misa los domingos. Así que yo, con la excusa de tener que estudiar y ser lo suficientemente devoto que se puede ser al ir al colegio de los hermanos de La Salle, aprovechaba para quedarme en casa sabiendo que el buen Dios les tendría ocupados desde antes de las 12 hasta casi las dos.
Esas horas fueron el momento en el que aprendí a fomentar todos mis vicios.
A esa hora me enganché a la F1, vi morir a Ayrton Senna y volar a Niki lauda.
Después me hice algo mayor y aquella era la hora en la que me fumaba un cigarro a escondidas en la terraza intentando que el humo no entrara en la cocina y haciendo competiciones conmigo mismo para ver si era capaz de lanzar la colilla hasta el edificio de enfrente. Era cuando llamaba por el teléfono que estaba en la pared del comedor a alguna casta novia que tuviera y como es lógico y por culpa de esa adolescencia, esa hora tan religiosa para mis padres era el momento en el que yo exploraba mi sexualidad.
Así que en 1986 me hice con una copia de 9 semanas y media que me dispuse a ver con sumo detenimiento y excitación máxima.
En realidad buscaba a Kim Bassinger desatada y pasé hacia delante y hacia atrás el VHS hasta el momento en el que le pasa el cubito de hielo por esos afilados pezones. Busqué la escena del canalón donde hacen el amor con la misma pasión con la que, años después, yo he intentado imitar en alguna ducha.
Pero al recordar la película completa me acuerdo perfectamente de la escena en la Mickey Rourke, cansado de ser un chico malo durante todo el metraje y al ver que la pierde, se abre por primera vez empezando a hablar de su infancia y transmitiendo esa sensación que te queda cuando descubres que has sido un hipócrita a lo largo de toda la relación. Y ella, que ha luchado y ha soportado aquellas cosas que solamente se pueden soportar cuando estas enamorada y cuando has bailado por la calle oyendo a Brian Ferry...
...al final se va. Y suena ese piano.
Porque lo que me quedó de aquella mañana en la que mis padres estaban en misa y yo intentaba buscar lo que pedían a gritos mis hormonas es que las relaciones de nuestra era se componen de pasiones y de risas, de buscarse por la calle y de esas pequeñas luchas de poder que te mantienen despierto por descubrir qué es lo que pasará después mientras te quieren y te follan a partes iguales. Lo sentí por Mickey Rourke porque supe que estaba profundamente enamorado al final de la película. Lo sentí por Kim porque ella estuvo enganchada a todo ese carrusel de sensaciones hasta tres minutos antes de que él la suplicara que no se fuera de la forma que se suplican estas cosas, que es con una mirada y una frase que te desnuda pero que nadie escucha.
9 semanas y media nunca fue una película erótica para mi, sino una película de amor disfrazada tras el desnudo de Miss Georgia al ritmo de Joe Cocker.
...que yo no soy Mickey Rourke ni tú Kim Bassinger ni tengo nueve semanas y media...
7 comentarios:
..............
Puto facebook....terminé de leer el post y busqué el Me gusta, pero como aquí no existe, pues tengo que escribirlo. Me gusta.
Yo también aprovechaba esos ratos que se iban mis padres de casa y mis tres hermanas, que era todo un logro, para hacer lo que se suponía que no debía hacer.
En casa me fumé mi primer cigarro, un celtas de mi padre y no entiendo como luego seguí fumando, porque casi me muero.
Que recuerdos...
Siempre que ahora veo a Mickey Rourke, pienso en que si Kim Bassinger no le hubiese dejado no hubiese terminado así...cosas de mi cerebro, que a veces funciona raro.
Terminar con Sabina siempre está bien
Voy de abajo hacia arriba.
A mi Sabina no me gusta, todo en la vida no son mujeres malas, tabaco y alcohol, hay más cosas.
9 semanas y media a mi tambien me parece una pelicula de amor.
Y a lo de quedarse solo en casa y probar cosas nuevas, creo que no lo hice nunca y la verdad es que me alegro de haber tenido siempre un punto de vista adulto en cuanto a nuevas experiencias. A lo de ausentarse por ir a la iglesia o lo de estudiar en la Salle, son sintemas que no me gustan, no dejan evolucionar, pero respeto todo, de hecho soy madrina del niño de una amiga, pero eso es respeto por los deseos de las personas, cosa que no vuelvo a repetir en mi vida.
Pd: Volveré a ver 9 semanas y media.
ilu: ya tienes los botoncitos.
Una buena película de amor y sus límites es Lunas de Hiel de Roman Polansky.
Por si acaso alguien no la ha visto...
hablamos de ella en agosto: http://maldiaparadejardefumar.blogspot.com/2010/08/tension-sexual-para-la-eternidad.html
Este post me recuerda un día que toda la cuadrilla volvimos a casa a las 10 de la noche (¡un sábado!) porque a las 10.30 daban "el cartero siempre llama dos veces" en la TV (o quizá era "Instinto básico", no recuerdo bien). Mis padres flipaban... pregunta a tu compañero de curro, igual él se acuerda también ;-)
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