El martirio de los justos

Hoy día 1, a las 10h30, tengo el primer juicio de mi vida. El primero en el que voy en calidad de imputado y realmente no puedo evitar estar nervioso.

No debo de estarlo, me dice condescendiente mi abogado.

No pasa nada, me dice mi subconsciente.

Sin embargo eso no quita que me enfrente a una jerga legal, a unos procedimientos jurídicos que se me escapan de control y que, por ese mismo motivo, me hacen sentir indefenso.

De todos es sabido que cuando quieren sacar información a un prisionero lo que se hace es desnudarle para que la sensación de inferioridad e indefensión sea mayor.

Sin embargo creo haber llegado a la conclusión de que la justicia es extremadamente cruel para con aquellos que intentamos vivir en el mundo de los justos. Todos conocemos a personas que a sabiendas de que van a cometer un delito se han preparado previamente de tal forma que las herramientas legales no les pueden afectar (Poner la casa a otro nombre, actuar con sociedades interpuestas,etc.). Es por ello que descubres amargamente que toda tu vida está ahí, en manos de un juez que si tiene un mal día puede dejarte sin ello porque eso es lo que hay, y no hay más.

Realmente, para quien se lo pregunte, yo tuve a un idiota contratado que supuestamente cometió un delito estúpido en el año 2003 (copiar un windows) y he de responder ahora (y casi 30000€ después) como responsable de dicha empresa.Y es que si tu perro enfermo muerde a una señora el responsable eres tú.

(articulo 31 dice:
El que actúe como administrador de hecho o de derecho de una persona jurídica, o en nombre o representación legal o voluntaria de otro, responderá personalmente, aunque no concurran en él las condiciones, cualidades o relaciones que la correspondiente figura de delito o falta requiera para poder ser sujeto activo del mismo, si tales circunstancias se dan en la entidad o persona en cuyo nombre o representación obre.)

Por supuesto que todo se suele (y se va a) solucionar con dinero o con un papelillo que te marca como persona con antecedentes pero esta noche, conduciendo por las zonas deterioradas de esta ciudad que me cobija, pensaba en la vacunación contra la justicia de algunos y lo indefenso que me siento las horas previas a sentarme en un banquillo a ver como aquello por lo que he luchado años se pone en manos del código penal gracias, y esto es gracioso, a la estupidez de un tercero.

Por supuesto también que todo este proceso me ha hecho valorar lo importante que hubiera sido tener a alguien a mi lado convenciéndome que no pasa nada, pero eso ya no es el martirio de los justos, sino el de los solitarios.