Mal dia para buscar

10 de noviembre de 2025

La música sin músicos. ( o cómo hemos llegado a Rosalía)

A los Stone Roses se los llevó por delante muchas cosas. Obviamente las drogas, creerse los reyes del mambo y sus propias luchas internas tuvieron mucho que ver, pero la imposibilidad de defender en directo el, para mi, glorioso disco Second Coming, fue una de las principales.


El valor de estos muchachos es haber creado algo nuevo, al menos en mi forma de ver el mundo musical. Ese sonido Manchester del que luego se apropió Oasis, hasta caminando con la misma cadencia del movimiento de hombros y desprecio para los demás, mientras vas en chándal, de Ian Brown.

Muchos críticos afirman, ya con perspectiva, que la imposibilidad de hacer un directo en condiciones con esas canciones fue el clavo principal de aquella banda.

Era el principio de los 90. Michael ya lo había revolucionado todo. Sin embargo una de las cosas que tenía Michael era la importancia que le daba a la música. Es cierto que quizá se puede determinar que fue uno de los principales artistas que convirtieron la experiencia del directo en un espectáculo y es ahí donde tiene parte de su valor. Aquellos que hacen algo nuevo o añaden un componente que permanece, son los grandes. Dicen que Bowie se quedó sorprendido al ver a Ozzy e hizo su interpretación de todo ello inventándose a Ziggy Stardust y que, con eso, empezó el Glam de verdad y el fenómeno fan tal y como lo conocemos ahora. (Porque no era un grupo de melenudos idolatrados sino una estrella que se comportaba como tal). Si ibas a ver a Michael podías ir por la música o por el show. La gira de Pulse, de Pink Floyd, era un jodido espectáculo pero te aseguro, porque yo estuve allí, que sonaba increíble y que cuando David tocaba lo sentías delante del pecho.

En Eurovisión todavía se actuaba con orquesta. Madonna lo observaba de lejos.

Sin embargo por alguna razón y antes de Milli Vanilli surgió una manera de interpretar la música que ponía más valor en el espectáculo. Anterior a ello es conocida la historia de la canción de Funkytown donde el productor puso a una rubia estupenda para hacer que cantaba mientras que en realidad era Cyntia Johnson quien había puesto la voz ( y el saxofon). Se hicieron giras por televisiones y ganaron una buena cantidad de dinero pero jamás dieron un concierto porque se hubiese descubierto el pastel. Esa vergüenza torera, que diría Rosendo, tuvo su mercado. A partir de entonces más de uno llegó a la conclusión de que una estrella de la música tenía que dar espectáculo y bailar medianamente bien pero que saber de música empezaba a ser secundario. Madonna, que es una reina, no canta bien. En muchos de sus directos hay partes bastante extensas sin músicos. Eso no quita que sean grandes directos ( la gira Confessions tour es brutal) pero se empieza a separar de algo musical. En 1999 se eliminó la orquesta de eurovisión y lo que sonaba era pregrabado. Ya estaba ahí el fenómeno djs, y me refiero a los que no llevaban discos ni nada. Con dos pen drive y una mesa de mezclas de aquellas que tienen un botón mágico que iguala los ritmos de la canción anterior y la siguiente, estaba todo hecho. De nada , Guetta. Un abrazo a Chikilicuatre.

Hubo un momento, en definitiva, en el que por una parte estaban los músicos y por otra las Beyonces, Gagas, Careys, Take That o BackStreet Boys. No digo que no canten, en absoluto. Robbie es un intérprete excelente, aunque crea en los Ovnis. Pero hay que reconocer que la música ya es lo secundario. A muchos de sus fans se la pela completamente que estén oyendo un disco grabado, que hayan pagado doscientos euros por ver un grupo de baile. Es algo parecido a lo que hacían las Vedettes. ¿Es Norma Duval o la simpatiquísima Bibi Andersen la antecesora de Madonna?

Si alguna vez has ido a un espectáculo de transformismo habrás asistido a un momento bizarro en el que un tipo, tipa o tipe aparece en el escenario con alguna canción de Rocio Jurado sonando. Se mueve por ahí haciendo que canta. Es lo que hago yo en el coche, sin emitir sonido alguno porque soy un cuervo mal afinado, pero con maquillaje y tetas falsas.

Ahora tengo la sensación que hay producciones bastante trabajadas que se venden en directos casi de la misma forma.

Me contaron, hace unos años, que un grupo de inversores disponían de dos millones de euros. Decidieron sacar rentabilidad y contrataron a músicos de verdad para producir un disco que pudiera suponer una fuente de ingresos abundante. Hicieron sus estudios de mercado y vieron que una especie de imagen de poligonera tenía un hueco en el mercado. Contrataron a una muchacha que lo había intentado pero sin éxito. Y ahí tenías el primer disco de Rosalía, de producción acojonante, vendiendo como churros. Obviamente llegaba el momento de defenderlo en directo y por más que he buscado no encontré actuación con músicos tocando en directo, al menos en las partes más complejas de composición.

Tengo un conocido, compañero de colegio, que trabajaba en televisión. Alguna vez le he visto haciendo que toca el bajo detrás de los artistas invitados y sabe de música lo mismo que yo de biología molecular. 

El último disco de Rosalía tiene, lo admito, una producción brutal por detrás. Hay un trabajo de orquestación, de mezcla y de ajustes como solamente una buena cantidad de dinero puede lograr. Sin embargo eso es algo que vale para el estudio pero, tal cual, es imposible defenderlo en directo. Supongo que a todas aquellas personas a las que la música se la pela este será un dato que no les impida pagar unos dineros excesivos por ir a ver el circo del sol que monte de gira y por ello jamás le pasará como a los Stone Roses, pero eso es porque es un producto y no un evento musical.

Siguen existiendo bandas y músicos, afortunadamente. Radiohead se ha plantado cuatro días seguidos tocando y logrando atmósferas a base de instrumentos musicales. La primera vez que vi a Maceo Parker me quedé obnuvilado solamente cuando afinaban y pasaba los ojos y los oídos de la trompeta al bajo y de la batería a los dedos de Maceo sobre el saxo. El directo de Dave Mathews Band en central park es increíble. El concierto de Counting Crows por los 25 años de August and Everything after. Alchemy envolviéndote con Once Upon a time in The West. Fools Overture en 1979. Killing in the name, en 1993. Prince en algún show de Las Vegas.

Claro que ahora hay conciertos que son el Circo del Sol. No lo llames música, hazme ese favor.

Dicen que si vas a casa de alguien y no tiene discos, no te lo folles. 
Si te dice que le gusta la música mucho y va a ver bailes con sonidos grabados en pen drives, tampoco.

Supongo que la única conclusión es que a todo se le llama música pero son cositas diferentes. En un caso lo hacen músicos y en otro, sin músicos, es un show con banda sonora.

A mi me sigue gustando sorprenderme al ver lo que son capaces de hacer personas con talento capaz de hacer que unas cuerdas, unas baquetas, un poco de aire a través de un metal y algún piano, sean magia irrepetible de ese preciso instante. No hace falta que recuerde a Freddy haciendo repetir sus coros entre el público de Wembley.

Dar la play lo puede hacer un mono pero un directo MUSICAL....

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo se te puede de querer, porque bordas la polémica como un maestro cabreado. Habrá que esperar a ver los directos de Rosalía con lux, igual le pasa como a su ex y se medio arruina llevando músicos impagables.
Freddie es Dios, era músico, travesti y lo que le daba la gana... Has nombrado a una señora... Que solo por el nombre artístico que escogió, se merece mi respeto, caso aparte el don que le adorna. Ayer mismo iba a mandar una joya cantada por ella a un amigo y fue imposible... Tu opinión es que no va a llevar músicos? Yo tengo dudas

Anónimo dijo...

Ya no tengo dudas... Sólo ha sido capaz de cantar cuatro acordes de la perla, la canción del tiktok, sin músicos.... El disco es bueno