Mal dia para buscar

24 de julio de 2011

Un dia de furia chalado en Oslo

Matar es fácil. Los habitantes de paises supuestamente desarrollados y en especial los noruegos parece que han descubierto esta obviedad anteayer. Coger el coche, acelerar y lanzarse a 120km/h contra la entrada de un concierto de Sharkira arrollando a 200 amantes del sensual movimiento de cadera es algo en manos de cualquier enfermo mental que piense, como pudiera ser lógico, que los ritmos de aquella mujer van a terminar acabando con la civilización mucho antes que el facebook acabar con la vida social de verdad.

Ahora es cuando los estudiosos de los criminales más sangrientos gozan con sus explicaciones. Ahora es cuando algunos se enfadan porque las autoridades no se dieron cuenta que el psicópata en cuestión había puesto un mensaje en twitter avisando, como si cada mensaje del tipo "os voy a mandar a todos a tomar por el culo" tuviera que ser investigado. Yo lo escribo cada martes impar y lo pienso cada viernes divisible por siete, pero no voy por ahí matando a los amantes del reggeton, por mucho que considere que son una subespecie inferior a la humana.

Ahora dicen que el noruego loco, también llamado Andres Behring, que tiene pinta de ser el típico noruego al que alguna amiga se tiraría en una noche de baile y alcohol, actuó según los diarios de Turner, que viene a ser la típica novela americana en la que se supone que un grupo de arios locos van por ahí estableciendo el orden a base de ajusticiar y eliminar a todo aquel que no sea blanquísimo y derechísimo. Lo sitúan al lado de Timothy McVeigh que fue aquel estadounidense chalado que se llevó por delante a 170 personas con los atentados en el edificio Oklahoma City.

Parece que por alguna razón periodística y psicológicamente válida hay que buscar siempre un tipo de respuesta a la pregunta del motivo por el que una persona supuestamente equilibrada agarra un par de toneladas de pesticidas, lo pone en una calle junto al gobierno noruego, aprieta un botón y se va a matar adolescentes a una isla con forma de corazón a las afueras de la ciudad donde se da el premio nobel de la paz al presidente de los EEUU por mandar un montón de militares a quedarse con los yacimientos afganos a base de tiros.

No hay respuesta. Solamente es un chalado con formación académica. No es un reducto de la ultraderecha ideológica europea porque los de la ultraizquierda también tienen a sus locos (solo les diferencia el precio de la ropa que visten y la cilindrada de sus vehículos) de la misma forma que el ultranacionalismo o el ultrafanatismo religioso. Es igual que el tipo que, ayer y en EEUU, tras discutir con su mujer sacó una pistola y mató a 6 de su familia mientras celebraban un cumpleaños. No hay una motivación ni una reivindicación ni un código, como si fuera Dexter.

Pero "chalado" no aparece entre las explicaciones de la psicopatología forense. Cuando los muertos pasan de una determinada cantidad necesitas a un experto en el reportaje de informe semanal. Hay que dar de comer a los "expertos" aunque haya sido un día de furia con resultado macabro en Oslo, cuna del símbolo de la paz mundial.

Pd: Si en vez de irse a la isla se hubiera cogido un avión, marchado a Londres y acabado a tiros con la agonía de la señorita Winehouse para pegarse un tiro después, el resultado hubiera sido mucho más correcto. Pero nada es perfecto.

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