Mal dia para buscar

21 de marzo de 2011

Todo de uno o un poco de todo

En el cúmulo de agravios comparativos que se suelen dar entre los paises se nos olvida que la diferente evolución de cada uno está directamente relacionada con la conciencia global y capacidades de los miembros que la componen.

Probablemente el truco que utilizaron los americanos para con sus congéneres está un poco demodé. Aquellos educaron a sus habitantes en darles todos los conocimientos posibles sobre una sola cosa de tal forma que un americano especialista en tornillos sin fin podía pasear por el mundo con esa arrogancia tan desagradable del que se cree el centro del universo de los tornillos sin fin pero le resultaba imposible diferenciar si España está en Europa o en Mexico. Más de una vez nos sorprendíamos al descubrir noticias en las que el americano medio era incapaz de señalar correctamente su ciudad natal en un mapa.

Y ahí están, líderes del planeta.

Los europeos, en esa reminiscencia ilustrada que nos embarga, hemos intentado saber de todo un poco o, al menos, hemos jugado a aprender a tener una idea global sobre las artes (científicas, sociales o estéticas) que nos rodean. Obviamente es un proceso mucho más lento y no sabemos tanto de una sola cosa como el que sólo se preocupa de un pequeño detalle en vez del problema global.

¿Qué es mejor?

Supongo que para la subsanación de un problema determinado y perfectamente puntual el americano gordo, prepotente e inculto es la respuesta.

Pero para llegar a la determinación del problema lo que siempre consideré importante es la capacidad de una visión general del reto.

Cuando tengo que plantear la posibilidad de formar en su primer trabajo a uno de aquellos muchachos que vienen ilusionados a su periodo de prácticas hago lo mismo que hacía conmigo el profesor de mecánica de tercero: les doy un problema, les pido que lo solucionen y les aviso que me da igual el modo en el que superen el reto, que todos los medios están a su alcance y que su único objetivo consiste en resolver el problema.

Porque creo firmemente que aprender a trabajar consiste en aprender a resolver problemas (en muchos casos con las herramientas aprendidas)

Se ha publicado un estudio que se cree capaz de afirmar que el nivel de inteligencia de la población incide directamente en la marcha de la economía. Explican que hasta ahora las direcciones que marcaba cada uno de los gobiernos eran determinantes para la evolución de éste o aquel pais pero que ahora, en esta nueva red interconectada que el es mundo, las habilidades personales que van afectando al grupo ayudando a su capital humano son las que suponen el carbón de la caldera del crecimiento económico que empuja como una locomotora.

Claro que el problema es que si todos somos intelectuales necesitamos a más de uno que nos ayude a hacer los tornillos sin fin.

Y en vez de elegir a un americano nos estamos quedando desde hace años con los chinos que han sido educados en hacer una sola cosa muchas veces seguidas.

Son, básicamente, resultados educacionales donde algunos sentimos que sabemos de todo un poco pero de nada al 100%.

Pd: Claro que en un capítulo de Los Simpsons se presentaba una junta de notables para dirigir el pueblo bajo la criba exclusiva del coeficiente intelectual (con Lisa de mandataria) y resultaba un fracaso estrepitoso. Fue una mala resolución de un problema.

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