Si lo pensamos con suficiente distancia el Black Friday es el Papa Noel ( o reyes magos) de la edad adulta. No existe, juega con tus ilusiones y quieres pensar que es verdad porque de alguna forma eso te reconforta.
Existen multitud de mentiras que necesitamos creer.
Ayer apareció una señora no excesivamente mayor en mi puesto de trabajo. Hizo un razonamiento lógico. Había visto en televisión que hoy en día, con dos clicks, la inteligencia artificial puede coger una foto nuestra, embellecernos, vestirnos con la ropa que queramos y ubicarnos en el parnaso que es Internet. Así que apareció con fotos de su vida ( reuniones, viajes, celebraciones) y una colección de vestidos y complementos que le gustaban. Se sentó en la silla de comprar ordenadores y desplegó todas las exigencias que tenía para su nueva imagen. "De aquí quitas el collar y me pones este vestido de acá. Me quitas a ese que sale detrás en la foto y que el paisaje sea la playa de Miño, en Galicia. Luego lo pones en mi cuenta de facebook y en mi estado de whatsapp". Obviamente, teniendo en cuenta que vendemos tecnología, intentamos indicarle el camino y ella lo razonó fácil: "en la tele dicen que se hace en segundos. Son unas veinte, así que no os voy a quitar más de cinco minutos". Y tan pancha.
Alguien que se dedica al servicio técnico me comentó en cierta ocasión que el cliente no ha de saber, jamás, si ese trabajo nos ha llevado diez segundos o diez horas. Supongo que ese es el motivo por el que se hace toda esa parafernalia burocrática protocolaria cuando algún dispositivo ha de pasar al lugar donde se produce la magia, que es el taller. Da lo mismo que sea un coche, un teléfono, un ordenador luminoso o Maria Del Carmen con una piedra en un riñón. Lo importante es vender la magia que lleva incorporado un "tachán".
He de reconocer que hace unos cuantos años nos sorprendía e incluso admirábamos a quienes disponían del don de la reparación. Un mecánico sucio de grasa, con una 13-14 en la mano, ajustando la tuerca adecuada que te dice "prueba ahora", y arranca. Un médico quitándose la mascarilla mientras se acerca, sudoroso aún, a la familia para decirles que afortunadamente todo ha salido bien.
Tengo una amiga aceptablemente resolutiva que mantiene lo siguiente: "Entre la gente que conoces y que no has de perder el contacto siempre se tiene que tener un médico, un informático, un abogado y un electricista". Se casó con un cubano, especialista en motores, capaz de arreglar casi cualquier cosa.
Sin embargo de un tiempo a esta parte y fruto de la publicidad, junto con los tutoriales de internet, se vive una época de desprecio del profesional. Como en algún lugar o video locutado con un acento específico alguien te cuenta que se hace click, tras, tris, zas... y ya está, te quedas esperando que sea incluso más rápido. Mantienes que un mono con un teclado es capaz de lograr la magia y te pasas por el forro los años de carrera, los años de experiencia y la probabilidad de que no se produzca esa magia. Lo último es que el ordenador esté roto o que la abuela se haya muerto.
En política pasa de una manera mucho más flagrante. Si alguien quisiera contar la verdad y nos dijese, de forma sincera, que hay problemas con soluciones imperfectas o sacrificadas, va a perder las elecciones. Las va a perder porque aparece un tipo que te dice que en menos de dos meses te va a crecer el rabo, vas a ser rico, te va a querer mucho más tu pareja y la vida va a ser un spa. Y le votas porque quieres creer en la magia, porque te encanta que te engañen como en el Black Friday.
Al igual que las "ofertas", que no desaparecen nunca y te dejan viviendo en la excepcionalidad continua, todos esos estímulos que han ido matando la magia están presentes a cada minuto. Adoras creértelo. Hay yonkis del cartel de "ultimas unidades" que tienen grabado en el teléfono, orgullosos, el video en el que están pegándose con una señora obesa en chandal por una freidora de aire a mitad de precio. Hay más de una persona que te dice que le montes un mueble del Ikea y piensa que eres imbécil si no lo has montado en cinco minutos porque hay instrucciones con unos muñequitos monísimos. Obvio es que cuanto más se queja alguien, menos lo ha intentado.
Lo que es cristalinamente cierto es que la magia es algo que , con los imputs modernos, se da por hecho y cuando se da por hecho algo, deja de ser mágico.
Estamos siendo espectadores del final de muchas magias, también del final de muchas satisfacciones porque hay demasiados cuñados que asesinan el gustito que da cuando consigues algo por ti mismo. Asesinar la meritocracia es un recurso de una sociedad de mediocres que no quieren dejar de serlo y que si lo dice chatgpt ( o una oferta de Temu) ya creen que es verdad sin pensar en lo loco de esa premisa.
Pd: Hoy he tenido a mas de cinco clientes que han intentado montar su ordenador solitos y el 90% han puesto algo al revés. Se quedan quietos delante de mi esperando que haga magia y se enfadan cuando les digo que son 50€.
Pd2: Por cierto, y lo digo para reflexionar, las rebajas están reguladas por ley. No pueden engañarte vilmente de una forma sencilla. Pero si lo llamas Black Thursday, SuperLunes, Martes locatis, Sin iva day o "la gran estafa", pueden mentirte como un bellaco cien veces.

