Mal dia para buscar

22 de junio de 2025

Muchas putas, demasiadas drogas y poco rock and roll.

 


Un día, hace no demasiado tiempo, descubrí que el raro era yo.

No me refiero a tomarme una copa a veces e incluso fumarme algún cigarro. Ni siquiera comer algún dulce o acercarme ocasionalemente a la comida basura. Son drogas porque generan esa neurona de la adiccion, por supuesto. Me estoy refieriendo a la ne-ce-si-dad de pasar por la página de las drogas para llegar al estadio siguiente. No me refiero a salir a la calle, liarse con unos y con otros en largas y animadas conversaciones para descubrir que has llegado a casa un poco bolinga. Me refiero a ponerse bolinga antes de salir porque si no lo haces crees, firmemente, que seras incapaz de socializar.

Un 30%, dicen las estadísticas que en este tema supongo que rozan lo que un entreveistado admite o no, de los varones han echado mano en algun momento de la prostitucion en su vida. Un 10% el último año. Desconozco cifras sobre mujeres que hayan echado mano de muchachos de pago y la cifra única que he encontrado es del 1%. Supongo que socialmente hay parámetros mal concebidos porque no creo que alguien use la prostitución pòr ser horrible, malvado/a y sin lazos afectivos. En el mundo moderno que nos movemos, a poco que se busque, el acceso al sexo de una forma rápida y sin condicionantes es más preponderante que los aspectos normalmente supuestos. No en vano la busqueda de prostitutas/os ha crecido entre gente cada vez más joven e incluso atractiva con posibilidad de éxito en una fiesta o una aplicación explícita. No deja de ser un acuerdo comercial de intercambio de servicios que no he de criticar si se efectúa de una manera libre.

Por otra parte un 20% de las personas ha consumido cocaína alguna vez en su vida y un 3% el último año.

De todas las drogas, curiosamente, los hombres ganan en las convencionales y las mujeres en cosas parecidas a los fármacos. En realidad, igual que con la prostitución, me da lo mismo que sean hombres o mujeres porque no va  de sexos.

El caso es que me sorprendo. De la cantidad de personas que intentan vivir sin trabajar, de la cantidad de personas que viven vidas hipócriotas, de la cantidad de personas que fomentan el ancestral trabajo de la prostitución y de la enorme cantidad de gente que se droga.

Entiendo que todo responde a la necesidad de escapar de unas vidas que no nos hacen sentir bien. Que estar con la voluntad alterada o viviendo en una vida diferente nos evade y nos vale de pequeños escondites en los que, acurrucados, intentamos que todo lo que está ahí afuera pase de largo sin percartarse que no estamos. En ese sentido el suicidio es el pico máximo en el que creemos que la voces se apagarán o, dicho de una forma opuesta pero igualmente honesta, el silencio deja de estar tan presente que te ahoga, A veces la vida es un síndrome de abstinencia contínuo sin habertelo pasado ni medio bien con el subidón anterior que no tuviste.

Lo cierto es que no me drogo porque siempre lo he asociado a una forma de ser un perdedor. No se me ha pasado por la cabeza emplear los servicios profesionales de alguien que me quiera un rato por dinero porque siempre he preferido que me acurruque alguien que, pudiendo estar libremente en cualquier sitio ha elegido estar a mi lado. Tampoco considero que nada exitoso sea ser artificialmente el alma de ninguna fiesta o la picha más brava del barrio. Es una cuestión de preferencias. Eso no quita que más de una vez preferiría estar borracho y más de dos hubiese hipotecado mi alma por un polvo sin obligaciones. Pero soy capaz de verme desde fuera, analizar mis taras, proyectar los resultados de mis actos y obrar antes de que sea irreparable.

No tengo excusa estupefaciente a mis desastres.

También puedo afirmar que no meterme cocaína o no irme de putas es algo que en absoluto significa que no disponga de adicciones. El ser humano es dopamínicamente culpable siempre. Necesito conducir sin rumbo de vez en cuando. Escribir aunque nunca voy a llegar a nada en la literatura. Las siestas de los domingos. Leer la prensa mientras desayuno miy despacio sin hablar. Oir la radio. Echar de menos. Descubrir una canción nueva. Quejarme.

Pero sí que es cierto que me asusta saber que el 30% os habeis ido de putas, el 20% habeis consumido cocaína o que otro 20% se ha fumado un porro en el último año. Por supuesto que la justificación social de ello es parte de su mantenimiento en el tiempo. Podría hasta entender a Antonio Vega, Antonio Flores, Pepe Risi y Alvaro Urquijo puestos hasta las cejas componiendo en una mesa de un garito de Malasaña. No entiendo a César, con la carrera casi terminada y que ha estado entrenando, metíendose de todo en un baño mientras su novia le espera fuera porque cree que así será más popular. "Si me meto, la chupo mejor"- me dijo Natalia, que era profesora de inglés y recién separada, antes que le recomendara no dar esos detalles a su próximo compañero oral y diciendo que sentía mucho que yo no fuera a ser su puto de esa noche.

Quizá me asusta más descubrir que la mitad de vosotros y de vuestro entorno, incluída la prima Mari Pili que va a misa todos los domingos, necesita escapar de si mismo más de lo que debería, porque de eso van las drogas.

No te drogas para evadirte de ti mismo. Necesitar escapar de ti mismo y la forma fácil, son las drogas. 

Solamente en el corto plazo, claro.

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