Mal dia para buscar

9 de noviembre de 2016

No es una apocalipsis zombie, es una apocalipsis estúpida.

Hace una semana escribí: "El estúpido, de una u otra forma, es un tipo de fanático o un tipo de paranoico. En realidad  hay un estúpido incurable, una especie de paciente cero, que contagia y gangrena su alrededor. La estupidez es una droga que engancha y que lleva a un estado de exaltación, de visión falsa de la realidad. Elimina los daños futuros, los males colaterales. Abstrae. Crea excusas plausibles y altera las normas exclusivamente para el interés propio. Genera, como los grandes opiáceos, una sensación de bienestar falso y una necesidad de reafirmación que exige volver estúpidos a los demás creyendo, como el devoto de una religión sangrante, que se les hace un favor cuando en realidad se les está pasando la inyección enfermiza de su propia destrucción. Quizá matar a los estúpidos no sea una mala idea."

Y hoy descubro que soy un jodido visionario. No es una apocalipsis zombie, es una apocalipsis estúpida. Da igual que venga por la izquierda o por la derecha, en forma de democracia o en forma de dictadura. Venezuela, Reino Unido, EEUU, Francia, los Emiratos Árabes, Ruanda. Da igual. En España usamos la democracia para mandar a Rodolfo Chikilicuatre a Eurovisión y mayorías absolutas del GIL. Se demuestra que Apple no paga éticamente sus impuestos, que Samsung explota como empresa o que Volkswagen se pasa la ecología por el arco del triunfo y se sigue comprando masivamente. Nadie vota a los fanáticos pero ganan las elecciones. El problema no está en los fanáticos porque probablemente más de uno será consciente de su vida miserable sino en los que les siguen como perros tras los huesos que les da su amo, aunque sean sus propios huesos. Aunque les den para comer su propio cerebro como a Ray Liotta.
No se me ocurre mejor metáfora de lo que está pasando con nuestro poder de decisión.


Pd:
En oto lugar escribí: "Si aquellos que son estúpidos se alejan de la contabilidad democrática es lógico pensar que el resultado contable final será más apropiado y justo. Que no habrá, como nos ha contado la historia, resultados democráticos que tengan peso y sean originados por parámetros absurdos. Que no salga elegido un candidato que se disfraza de gnomo porque hace mucha gracia o que tengamos que discutir sobre el color de las farolas en sede parlamentaria cuando haya familias que pasen hambre porque algún electo, representativo de un electorado irresponsable, se empeñe. Así que tiene lógica"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy leí que los políticos que nos gobiernan no son mas que el reflejo de nosotros mismos. Ni conozco la política de Obama ni la de trump.. Pero no entiendo esa distancia en el voto... Quien paso denvitar a Obama para votar a Trump?