Mal dia para buscar

26 de julio de 2014

La recesión musical

Hubo una época en la que a cada fiesta que acudía sonaba, en uno u otro momento, el "Should I Stay or Should I go" de los Clash. Sonaba, viejuno para entonces, "My Sharonna". Podía sonar "Beds are Burning" o, como una concesión, "Simply Irresistible", "Video Killed the Radio Star", "Back in Black", que era una amenaza para dejarse llevar y acompañar la cerveza con otro cigarro. Un poco de INXS con, por ejemplo, "Need you tonight". "Smells like teen spirit", "Come on Eileen", que fue siempre un poco floja. Casi cualquiera de Madness. Podía sonar Rosendo y, por aquí, Sarri Sarri.

Más adelante podía sonar, cuando hablamos de veranos y noches, de vasos en la mano y de multitudes populares, la grandiosa Can´t Stop, la facilona de Outkast, Last Nite de los Strokes, The Hives rompiendo un par de cosas, The Raconteurs, La de siempre de White Stripes, que ya es un himno futbolistico.

Joder. Podía sonar U2, Madonna, Moby, Big Soul, Soundgarden, Oasis, Smashing Pumpkins,  Blur y su Song2, que nunca defrauda. System of a Down, si te vuelves loco. Rage Against the Machine, que siempre enciende. Pearl Jam, Radiohead excepto si se han vuelto místicos. Tirar un poco de las selecciones de Tarantino.

De todo y de casi todo con un poco de variedad y hasta, en más de un caso, letras. Reconozco que soy un nazi musical anclado en otro lugar. También es una cuestión de sonoridad.
Así que me encuentro en un campo abierto. Un altavoz a mi lado. Una chica disfruta bailando, uno tras otro, ritmos similares que procuro distinguir sin notar más diferencia que la pausa, para mi dramática, entre selección y selección. "¿No bailas?". En realidad estoy demasiado ocupado en aguantar los golpes de adolescentes borrachas que salen y entran, con vestidos llenos de flores, sandalias con barro y excesos etílicos, seguidas por una amiga solidaria o un muchacho a la espera de su momento. "No, no lo entiendo"- respondo. "¿El qué?"- pregunta pasándome un vaso grande de plástico. "¿Donde está el rock&roll?"-digo y sigo. "Estamos oyendo reggetton continuamente. Es machista, es culturalmente criticable, musicalmente infantil, artísticamente poco elaborado y parece que no hay más, que no se puede pasar de un sitio a otro, de un mensaje a otro y, para mi asombro, lo que se supone que es un grupo de mujeres educadas y modernas, lo idolatra como si os poseyera. No lo comprendo. No es una concesión puntual, como pudiera ser poner Grease en los años 90, es una línea que dura horas y horas."- bebo del vaso y se lo devuelvo. "Es una recesión en toda regla".

Así que bebe un poco y pasa el vaso a otro lugar. Sé que no me ha escuchado y que, si lo hubiera hecho, tampoco le importa. Está para divertirse y da lo mismo. Más fácil es siempre de mejor consumo, como los amantes ocasionales o las personas trampolín. "Estas viejo y ya se te ha olvidado divertirte"- dice como un punto final. Frente a ella un tipo mayor que yo baila con pasos de Ska todo lo que suena.

Y me marcho dejando atrás aquel sonido, recordando que los discos eran singles entre las historias que contaban y ahora son singles inconexos que se han dejado de preguntar por las historias, al menos entre las fiestas, entre el consumo y la exaltación, entre mirar un escote o buscar una sonrisa.

No hablo de la música que me gusta o la que solía gustarme. Simplemente llego a la conclusión de que ya no existe rock and roll, al menos de una forma masiva, para el disfrute global. Los grupos nuevos que descubro se pudren en bares o llenan conciertos de hipsters vanidosos mientras djs con pen drives y reggetton infame que habla de "Amol", de "muñequitas" y pone a las mujeres contra la pared van llenándolo todo.

Al fondo un tipo saca un soporte con una GoPro para grabar la fiesta.

"Cagando", se llama la única versión de E.Iglesias que me hizo gracia. Estoy seguro que nadie notaría la diferencia. Es más, hay veces que hay quien prefiere a quien le hace subir aunque no sea a ninguna parte, con ningún sentido, muchas copas, sexo fácil y whatsapp juguetones antes que el esfuerzo de hablar con otra persona para ir juntos a otro lugar, probablemente mejor.

Es cuestión, como siempre, de esfuerzos que se renuncian a hacer. Queremos dietas pero comemos chocolate, dejar de fumar pero dame una calada, hacer deporte pero lo haré mañana, encontrar amor pero hacerlo mientras se entretiene en otras sábanas siendo incapaz de asumir compromisos y, que es de lo que se trata en medio de la metáfora, disfrutar de la música pero consumir una mierda pinchada en un palo facilón hasta altas horas de la madrugada.

Quizá sea una recesión cultural y esto sea sólo la variable musical del término.

Por eso me parece música de mierda de la misma forma que hay televisión de mierda y literatura de mierda.  Todos son fáciles, todos están orientados a un espectro masivo, todos se parecen. Algunos los consumo, lo reconozco, para no escaparme de este mundo del todo o, al menos, aprender a diferenciarlo.

Decían los Rolling Stones que era sólo Rock&Roll, pero les gusta. Me hubiera valido con un "es una mierda, pero me gusta". El problema es cuando lo único que existe para algunos, que es lo mismo que les sucede a los fans de Ikea con los muebles, es eso.
Pd: probablemente lo que pasa unicamente es que me equivoqué de fiesta.

3 comentarios:

Alberto Secades dijo...

...y la edad, que lleva a formas diferentes de diversión.

pesimistas existenciales dijo...

por si os aburris: http://rollingstone.es/listas/las-500-mejores-canciones-de-la-historia/

Anónimo dijo...

Totakmente de acuerdo.
Si insistes un poco, te pueden acabar diciendo: "es que eres muy radical", o "eres muy antiguo"