Caminando por la calle dan ganas, a veces, de plantarse delante de cualquiera, detenerle en medio de la acera, ponerse serio, señalarle con el dedo y decirle:
Claro que eso sólo sucede en esas ensoñaciones en las que ganas a los malos, en las que nadie replica, en las que hablas solo mientras van pasando los anuncios hasta que vuelve la película que tenías olvidada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario