Hace unos días se lanzaban desde determinados medios las acusaciones que decían que los catalanes, derrochando dinero para hacer embajadas, estaban dejando que 740 niños casi se murieran de hambre en sus escuelas.
De ahí se pasó a 2865 solamente en Barcelona. Otros subieron al 25% de los niños españoles. Los mismos niños que tienen ese problemilla con el botellón.
Ayer la Cadena Ser se lanzó a hacer "El mapa de la malnutrición infantil en España" contraponiéndolo con los gin tonics subvencionados del congreso de los diputados donde manda el PP.
Más o menos se lanza la idea de que Urdangarín se pone ciego a marisco mientras los niños que deberían de ser nuestros científicos del futuro se mueren de hambre por las esquinas en el mismo instante en que sus padres van perdiendo sus puestos de trabajo. Se intenta dibujar un lugar enfermizo donde los banqueros se ríen de los pobres que se mueren de hambre y los famélicos niños catalanes piden pan en su idioma natal porque el poder opresor del estado español les quitó la sonrisa. Se lanza la piedra de que en este pais, con más hamburgueserías que fruterías y con Matutano en plena expansión, no hay para comer.
Y nadie es capaz de decir que existe una posibilidad de que la malnutrición sea un problema del primer mundo al que nos queremos parecer más que al tercero que algunos quieren describir.
Hay días en los que el periodismo, utilizando a niños, me produce vómitos. Será que estoy malnutrido.
1 comentario:
A ti te ponia a hablar publicamente clarito y sin pelos en la lengua, que lo mismo arreglabamos algunos problemas del pais este, o no, pero por lo menos se hablaba clarito, ( estas que te sales tio, sigue asi)
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