Y recuerdo una maravillosa publicidad argentina (que sigo sin entender los grandes publicitarios que tienen en contraposición a los nefastos políticos que les mandan):
Por supuesto que independientemente de esos estudios que hablan, cual gitana echadora de cartas de parque del Retiro, de lo que tu foto de facebook dice de ti, es cierto que hay que reconocer que a la Spice pija no le queda especialmente bien la sonrisa.
Hay personas que salen bien en las fotos, y hoy en dia es una virtud. También hay personas que, y lo digo con completo conocimiento de causa, tienen la suerte de no aparecer obesas cuando les ponen una cámara de televisión delante de la cara. En el caso de la televisión no tiene que ver con el peso , sino con los rasgos, más o menos angulosos, del sujeto en cuestión. Ser un carapan, como es mi caso, me supone cinco kilos más en directo. "Estás mejor al natural que en la tele"- es una frase habitual en mi vida ante la que respondo con una sonrisa mientras meto barriga. Esto es porque la barriga se disimula muy bien con una camisa adecuada y un cojín en el asiento. El físico televisivo es como los pechos de las mujeres: que aparece y desaparece a voluntad. También, como los pechos, puede incorporar un cartel de "mire usted aqui" como algunas camisetas que proliferan en las fiestas populares del verano. Algunos de mis compañeros de tertulia usan tallas menores para señalar a sus brazos.
Yo me veo estupendo en todas las fotos entre 1988 y el 2005, hasta en las que estoy haciendo el idiota (que son la mayoría). En realidad la foto era un momento ceremonial que podía poner el broche de oro a las andanzas de aquellos años. Quizá cuando fueron en color empezaron a perder la dignidad de los poses con profesionales que se hacían en los años 50 pero , quizá por tener que ir a revelarlas y por esa intranquilidad de no saber si el negativo nos había captado con los ojos abiertos o cerrados, eran algo mucho más especial que esea metralleta de clicks que se escucha en cada botellón adolescente hoy en día, justo en el momento de la exaltación de la amistad.
Reconozcámoslo: a las fotos ya no se les tiene cariño. Reconozcámoslo también: Victoria está mejor con la boca cerrada.
Los fotógrafos desaparecerán como lo hicieron las spice girls. Una de las dos cosas es una pena.
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