Teniendo en cuenta lo poco que valen los votos lo que nos queda como sociedad es nuestro consumo.
Así que como se acerca una semana de gastos os pido que, antes de comprar, penseis tres segundos si Amazon, Ikea, Apple... repercuten los impuestos en vuestra sociedad en vez de en luxemburgo. Si detrás de esa camisa de Zara hay un niño cosiendo o si acaso tras Marimar hay un entramado de empresas que desvían los impuestos a Balonia y así pagan a los profesores alemanes para educar a más alemanes en vez de a vuestros hijos o pagar al médico que os curará el día que os duela algo.
También os pido que penséis que quien os atiende es una persona.
Muchas veces comprar no es un acto de gasto sino un acto social que engrasa los engranajes de nuestra propia cultura y nuestro beneficio futuro. Y de ese futuro los responsables somos nosotros mismos.
1- ¿Quieres más servicios sociales?: paga en empresas que tributan en tu hacienda.
2- ¿Quieres que los bancos no ganen más?: paga en metálico
3- ¿Quieres más vida en tu barrio?: compra en tu barrio
4- ¿Quieres que te traten bien?: compra a un autónomo (y respétale)
5- ¿Quieres un mundo más justo?: pregunta o lee el origen del producto.
Esas preguntas se responden en tres segundos.
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