Mal dia para buscar

10 de abril de 2015

La zona egoista de confort en la autoayuda

Una de las actitudes que mas asco me dan son esas en las que cualquier persona, fruto de la democratización del éxito, es capaz de todo aquello que se proponga. Como si fuera un efecto secundario de la droga de Coelho, santa santorum de las aspiraciones de los imbéciles, tu prima la coja puede ser campeona del mundo de salto de longitud si se esfuerza y clarifica su mente orientándola en el camino de la verdad y la felicidad para la consecución de las metas lícitas en cualquier humano.

Todo eso, en realidad, elimina la depresión lógica de adivinar que nunca se va a llegar a nada pero tiene el infernal trasfondo de ser falso como una propuesta económica de algún partido que considere que todos los españoles, excepto los que no les votan, son honestos y trabajadores.

Hay quien dice, y yo mismo lo llegué a creer en tiempos inmemoriales, que si éramos capaces de apostar por ascender a la cima de la montaña quedarnos a mitad de camino era algo apropiado porque si empezamos la senda con la vista puesta en la mitad no llegaremos a ningún lado. He sido el rey de los silogismos interesados varios años. Probablemente hubiera escrito gloriosos libros de autoayuda llenos de mentiras que agrada escuchar.

"Deberías de cogerte unas vacaciones y descansar"- Es una frase que he oído varias veces a la sombra de mis ojeras y mis lacónicas respuestas ante la visión de mis futuros. Reconozco que es una opción válida, casi como los días en los que se necesitan dos hostias, un par de polvos o cuatro cervezas. Son soluciones hipotéticas, como las vacaciones, porque la economía, las responsabilidades o la mera incapacidad física o social impiden algunas de esas variaciones.

Sin embargo existe una creencia falsa en la que la responsabilidad, que de eso se trata, recae sobre el propio sujeto. Si no se hace lo necesario para cambiar la vida propia es, sencillamente, porque no se quiere. Esto es una espada sobre el parietal sobre todo si se ha nacido lleno de aspiraciones.

En realidad somos responsables de muchas de las mierdas que nos suceden. También de algunos de los triunfos. No podemos controlar las circunstancias ni somos capaces de teletransportarnos o desplazarnos en el tiempo. Nadie nos dice, nunca, que esa última mochila es o no la definitiva. Conozco a gente con mala suerte y a quien se ganó la mala suerte. Conozco a quien se merece y a quien no se merece las cosas buenas que le han pasado. Conozco a algún gilipollas que duerme con la mujer perfecta. Conozco a un tipo inteligente, trabajador y preparado que todo lo que toca lo convierte en mierda. Las generalizaciones solo valen para vender libros y dar charlas, al estilo de telepredicador, llenas de obviedades de agradable escucha.

"Búscate una novia que te quiera"- he oído como si estuviera en la estantería de medias naranjas del supermercado. "Vende más"- me ha dicho un gurú del mundo empresarial. "Cambia ya esa moto". "Tómate un año sabático". "Elige tu propio rumbo". "Toma las decisiones y llévalas a cabo". Estoy seguro que son consejos verbalizados desde la bondad pero tienen el caramelo envenenado de la mentira, de la incapacidad. Despiertan en mi la conciencia de mis limitaciones, de mi incapacidad de volar, de las aristas que tiene la vida de verdad. Me bloqueo cuando no puedo alcanzar el cielo que me juré que iba a ser mio.

Porque somos seres únicos, pero no seres infinitos.

"No me des datos, dame direcciones"- responde un amigo cuando le mandan a tomar por el culo. Es el sitio al que se pueden ir todos aquellos que bienintencionadamente, han aceptado que somos capaces de lograrlo todo sólo con proponérnoslo, hasta ser idiotas. Yo ya no puedo hacer más.
Cuando los consejos no son factibles no son consejos. A veces el egoismo reside en creer que ayudar es decir a la otra persona lo que deseas para ti mismo en vez de lo que puede o necesita.

En el fondo eso. Egoismo. Esa es la zona de confort de la autoayuda.

Pd: Los que aconsejan así son unos ególatras. Miserables de discurso podrido, incapaces de empatizar con la verdad, yonkis de lo magnífico, estafados de las frases rimbombantes, defensores de dietas y piadosos de la fe en las mentiras interminables. Son los que se sientan a orar cuando llegan los tsunamis en vez de ayudarte a hacer el dique porque, si lo intentas con suficiente energía, creen que se abrirán las aguas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuanto resentimiento leo en esa pd.por lo menos nosotros los soñadores, oradores y defensores de las dietas lo intentamos, y no nos pasamos la vida criticando lo que hacen los demás