Dicen, cuando algunas personas se ponen a hablar de la manera extraña en que tendemos a relacionarnos los humanos, que las caricias, consideradas como tipos de contacto, se dividen en positivas, negativas, fisicas, autocaricias, condicionales e incondicionales.
Y, en realidad, en este mundo cada vez más mercantilista en el que nos movemos siempre tendemos a vivir con una especie de acción malévola que busca el componente comercial que puede llegar a existir en la palabra amable de la contraparte, en la llamada sin motivo, en el abrazo, la invitación o la sonrisa que te llega sin que nadie te pida nada a cambio. Desde ese punto de vista las llamadas caricias incondicionales son una gran barrera que muchos no somos capaces de gestionar con la sencillez que tienen porque son algo por nada y lo gratis siempre produce recelo en el primer mundo.
"Lo gratis sale caro"- es un dicho que usaba mucho mi abuela y que me repite mi madre. Es más, es algo que yo mismo me digo cuando un operador de telefonía utiliza esa palabra. Y es lo mismo que has podido sentir cuando a tu pareja se le acerca un fornido muchacho en un bar. Crees que lo hace por algo y casi nunca por algún motivo bueno. Lo mismo, incluso, que cuando ella te hacía ese numerito (o numerazo) a un lado de la cama y empiezas a castigarte por haberte masturbado la noche anterior suponiendo que aquello debe de recompensarse con una acción casi al estilo de Nacho Vidal. La misma sensación que te recorre el cuerpo cuando crees que tienes la obligación de devolver aquella invitación o, como si la cortesía fuera algo que va y viene, cuando te sientes en la necesidad de contrarrestar o compensar alguna llamada.
Nos hemos sumergido, como buzos que llevan grabada la cadena de favores en sus bombonas de oxígeno social, en un mundo de relaciones comerciales en las que las caricias incondicionales no tienen cabida.
Eso es un problema porque no hay nada más reconfortante que esos momentos mágicos en los que muestras cariño y te muestran cariño sin pedir nada a cambio.
Eso, que como las croquetas de mamá y las cartas de amor escritas a mano, cada vez se da menos según añadimos años al calendario.
Y yo hoy, añado un 1 a los 40 del año pasado.
Gracias a todos. Este es un post de agradecimiento gratuíto.
4 comentarios:
Ante todo ,felicidades,por ese año mas .
Y yo creo que las caricias es una de las cosas que te pueden dar y puedes dar sin esperar mas ,porque esos momentos suelen ser inolvidables .
Ademas lo mas bonito que hay es dar sin recibir nada a cambio por lo menos para mi
Felicidades, y un abraccio!!! ( ya si ves que lo del abrazo por ser gratis te puede salir caro, me invitas a algo...)
La mirada,el beso,y la caricia,son las llaves del amor.una caricia recibida siempre es bien retribuida.
ya, se nota que no conoces a mi santa en su semana " sangrienta ". Felicidades y a seguir tan sembrado como siempre.
Publicar un comentario