Ella vuelve a la ciudad, de niña quiso escapar a ver el mundo. Pretendía atrapar el alma de la humanidad en un segundo. Con su vestido oriental y sus zapatos de cristal en la maleta. Demasiados hombres rudos la dejaron olvidada en la cuneta.
Ella quería mejorar, dejar atrás la cobardía y los temores. No sabía empezar, demasiado tiempo andando entre las flores. Una vida imaginaria adaptada para cada situación. Sin verdad, sin novedad, sin sobresaltos, sin dolor, sin corazón.
Todavía hoy detrás del espejo intuimos alguno bueno y fiel. No más decepciones ni desilusiones, sólo calma y claridad. Y mirar a los barcos pasar.
Ella por fin maduró. Dejó las drogas y el alcohol y ahora es artista. Pero nada de novelas de autor ni canciones de folk o de rock, que va, tiene un cachorro de león y es una perfecta equilibrista. Un hombre bueno la observa desde abajo, la mima y la protege, y hace todo el trabajo. Cada día cocina para ella con amor, le cuenta historias de terror...y toca el contrabajo.
Pd: es la versión moderna de "Como decirte, cómo contarte".
2 comentarios:
Un crack...!!! Es bueno recordar al hombre bueno. ...me gusta!
Un crack...!!! Es bueno recordar al hombre bueno. ...me gusta!
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