A veces sientes que la presión te va deshaciendo facilmente, como un conejo pisado por una plancha caliente.
A veces sientes que eres inseparable, como un anuncio.
En uno de los dos casos jugamos a que es mentira.
(Pero me gustan mucho más los chicles que las figuritas de chocolate con las que invito a las visitas para que me besen. Tengo dos planchas en casa. Y un secador de pelo. Mañana mismo compro chicles, por si acaso.)
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