Social Networks killed the social star

El 50% de la población mundial tiene menos de 30 años y de ellos el 96% tiene algún perfil en Internet y las páginas que más están creciendo son aquellas en las que dices a tus contactos exactamente el lugar en el que te encuentras como si fueras más chulo que un ocho.

Obviamente las redes sociales tienen una gran capacidad de influencia en las opiniones globales del mundo.

Basándonos en ello podemos dejar de pensar en que sea una moda pasajera o que aquellos que las pronosticaban una vida corta se han quedado idem pero tampoco creo que podamos pensar que si se decía que la radio matase a la prensa y la televisón a la radio o internet a la televisión vayan ahora a ser las redes sociales las que maten la vida social.

El encanto de las redes sociales no es que sustituyan a la vida sino que son una vida paralela, no nos engañemos. Son un lugar tremendamente pueril en donde nos podemos convertir en todo aquello que no hemos podido ser en la vida real. Unos somos más interesantes, otros más guapos, otros más sesudos, otras más turgentes...y algunos son unos estupendos granjeros.

Desde un punto de vista frío podríamos llegar a concluir que Internet y sus redes sociales donde pones estrellas a las ocurrencias de los demas es un juego global de suplantación de identidad que se juega a nivel mundial y entre un porcentaje de adultos considerable.

Los publicistas ávidos de clientes advierten a sus marcas que es la nueva plataforma en la que anunciarse. Los solitarios son tremendamente populares y se van a la cama felices tras responder unas decenas de mensajes y habiendo escrito la frase ocurrente del día en forma de Tweet.Se puede amar y odiar (incluso después de muerto). Los maridos pueden sentirse infieles e incluso los amantes lejanos pueden sentirse más cerca.

Pero tenemos que reconocer que lo que más engancha de las redes no son sus momentos densamente adultos sino las tonterías, los freaks, las frases que te hacen reir, los juegos estúpidos y alguna que otra compra online que haces mientras aún tienes la camiseta sudada del gimnasio.

Una de las razones por las que compro, aparte de las necesidades de alimento y ropa, es por ese ceremonial de vestirme, oler la calle, pasear sin prisa, tocar la prenda y verla puesta sobre mi irregular cuerpo.

Una de las razones por las que bebo es por lo mucho que me gusta ver a mi lado gente que entra y sale, niños que gritan o corretean, adolescentes que intentan rozar al adolescente próximo mientras hablan sobre lo que serán dentro de 15 años.

Claro que luego van a su casa a seguir la conversación por chat.

Soy de esas personas que siguen esperando que por lógica humana y por la propia y rápida evolución de los usos sociales toda esta locura del mundo virtual en el que nos movemos no termine acabando con la radio, la televisión, la prensa, los libros y, sobre todo, la vida cara a cara que es mucho más complicada pero mucho más divertida. Aunque no seas granjero.

De la misma forma que Internet ya no es una máquina de emitir porno espero que en algún momento, más allá de esta situación que habla de las redes como la "quintaesencia" del mundo moderno, se busque su espacio, aunque sea a codazos, entre todo lo que llevamos con nosotros. Mientras intente sustituir la vida real va por un mal camino, por lo menos en mi caso.