Mal dia para buscar

27 de julio de 2017

Me llamo Earl.

Cuando Randy se siente triste no puede evitar oir una y otra vez Time After Time, de Cindy Lauper. Detrás su hermano Earl. La serie se llamaba "Me llamo Earl" y se emitió desde 2005 al 2009. El planteamiento era sencillo: Earl, un pequeño delincuente de diáspora vida (en el sentido de haber abandonado su lugar de procedencia), se encuentra de golpe (de accidente de tráfico, en realidad) con el karma. Es algo sencillo: si uno hace buenas obras le volverán buenas obras. Así que hace una lista de todas aquellas malas obras que es capaz de recordar y se dispone a solucionarlas, a poner en orden el pasado para que de esa forma mercantilista de la bondad le sucedan acontecimientos buenos.

Obviamente la canción es "what goes around comes around" (pero la versión de Nescobar) y no la de Michael Jackson, la de Lenny Kravitz , la de Dover cuando ya eran un cadáver o la de Justin cuando era odioso.

Lo curioso es cómo a lo largo de la serie Earl se topa una y otra vez contra el muro de la naturaleza humana. Cómo, en una confrontación absoluta con la lógica y la verdad, el mero hecho de querer hacer el bien nunca tiene como resultado el mismo bien. Cómo cuando se acerca a una de las personas de su lista siempre hay algo más, algún conflicto no previsto y esa lucha interminable entre el sacrificio, las buenas intenciones, los resultados inciertos y, como siempre, el karma.

Pero el karma no es más que una excusa para seguir adelante cuando aparece cada pequeño obstáculo. Porque el karma es imperfecto como todas las homeopatías, un placebo para seguir adelante. Una mentira, casi como definición científica.

"Si te caes, estaré esperando una y otra vez" dice la canción de Cindy Lauper. "Otro día en blanco, otro día sin premio, otra noche sin sueño y mañana otro tanto. Otro día vigilante y atento perdido en el inútil empeño de acabar lo que empiezo, de cerrar este círculo y abrir otro nuevo que me lleve al siguiente. Llegar a algún sitio, poder descansar" dice una de mis letras favoritas. Una de esas canciones que me pongo una y otra vez, como Randy, cuando descubro que el karma no existe. Aunque me guste mi oficio, quien soy, en lo que me convertí pero no, en realidad, donde estoy.
Aunque la serie fue cancelada tenía un final. Earl no terminaba nunca y se rendía. Entonces alguien le encontraba porque resulta que él mismo estaba en la lista de otro. Descubría que aunque nuestra naturaleza nos llena de malos actos y buenas intenciones hay que entender que el poso final, la base, la esencia es, en realidad, algo que deja un balance a favor del ser humano.

Pero no, no termina nunca con su lista.

Creo que es el momento de empezar a encontrar canciones nuevas.

21 de julio de 2017

Wait for Her

With a glass inlaid with gemstones On a pool around the evening Among the perfumed roses Wait for her With the patience of a packhorse Loaded for the mountains Like a stoic, noble prince Wait for her With seven pillows laid out on the stair The scent of womens' incense fills the air Be calm, and wait for her And do not flush the sparrows That are nesting in her braids All along the barricades Wait for her And if she comes soon Wait for her And if she comes late Wait Let her be still as a summer afternoon A garden in full bloom Let her breathe in the air That is foreign to her heart Let her lips part Wait for her Take her to the balcony, see the moon soaked in milk Hear the rustle of her silk Wait for her Don't let your eyes alight upon the twin doves of her breast Lest they take flight Wait for her And if she comes soon Wait for her And if she comes late Wait Serve her water before wine Do not touch her hand Let your fingertips rest as her command Speak softly as a flute would to a fearful violin Breathe out, breathe in And as the echo fades from that final fusillade Remember the promises you made
Con un cristal incrustado de piedras preciosas En una piscina alrededor de la noche Entre las rosas perfumadas Esperala Con la paciencia de un caballo de carga Cargado para las montañas Como un príncipe estoico y noble Esperala Con siete almohadas colocadas en la escalera El olor del incienso de las mujeres llena el aire Tranquilízate y espera por ella Y no tirar los gorriones Que están anidando en sus trenzas A lo largo de las barricadas Esperala Y si viene pronto Esperala Y si llega tarde Espera Deja que se quede quieto como una tarde de verano Un jardín en plena floración Dejala respirar en el aire que es ajeno a su corazón Deje que sus labios se separen Esperala Llevala al balcón, mira la luna empapada en leche Escucha el susurro de su seda Esperala No dejes que tus ojos se alzan sobre las palomas gemelas de su pecho Para que no tomen vuelo Esperala Y si viene pronto Esperala Y si llega tarde Espera Sirva su agua antes del vino No toque su mano Deja que tus dedos descansen como mande Habla suavemente como una flauta a un violín temeroso. Expirar, inspirar Y como el eco se desvanece de esa última fusilada Recuerda las promesas que hiciste


20 de julio de 2017

Yo, Batman y las cucarachas de viaje.

Si hay una apocalipsis sobrevivirán las cucarachas, no los superhéroes.

Entonces no entiendo el esfuerzo cotidiano en ser un superhéroe. Ni siquiera qué es lo que se puede considerar un superpoder. Si es encontrar una canción para cada momento, lo tengo. Si es comer con las manos sin que se me caiga un poco de salsa, no lo tengo. Del teletransporte no hablemos. La invisibilidad es mía más días de los que quisiera. La perseverancia no es un superpoder, excepto si es la capacidad superlativa de perder el tiempo, y se llama procrastinación.

A algunos os han convencido fuertemente en que teneis algún superpoder, que sólamente hay que apretar los dientes y esforzarse para llegar a encontrarlo porque, como si fuera esa frase de "campo de sueños" : si lo construyes, él vendrá. Es como un derecho, una obligación de la vida para con cada uno. Una falacia que te deja seguir vivo hasta que llega una mañana que, embutido en el traje de Superman, tratas de saltar por la ventana. Me han gustado siempre los superhéroes atormentados y una de las pocas diferencias entre Batman y yo es que él tiene dinero. Y un mayordomo. Y el batmóvil. Tenemos el mismo tono de voz. No volamos ninguno. Yo duermo más. A los dos nos vacilan payasos vestidos de comodines.

Las cucarachas no tienen objetivos en la vida, ni deadlines. Tampoco se ha constatado jamás que sonrían o lloren. Sin embargo están ahí, correteando por los azulejos de los baños de los bares de carretera en los que algunos se detienen sin saber muy claramente el motivo por el que hacen algún viaje. Por disfrutar, por aprender e incluso por escapar. "¿De qué me sirve salir de esta inmensa ciudad si de quien pretendo huir seguirá dentro de mí y eres tú?" dice una canción. El ser humano, curiosamente, necesita excusas plausibles para ir al otro lado. Si son magníficas, mejor.

Todos los que salen en los anuncios tienen superpoderes adjuntos a un coche, un móvil, un seguro de vida, un detergente, unas compresas o un crédito (caro) con el que irse de vacaciones. Algunos políticos en campaña quieren convencerte que tú eres así si les votas. Y lo haces como los demás, como los que después van a su casa con las orejitas abajo, como Batman cuando está triste, como yo. Pero yo ya he asumido que superpoder no me queda ninguno. Quizá hacer tortilla de patata muy rápido.


El amor desde el aire- Perder el miedo.

Siento que hoy hace sol en todas partes y que de seguir los dos seguro, seguro, seguro, seguro, seguro que vendrá una crisis mundial, por que no lloverá más nunca más nunca más nunca más nunca más. No te preocupes, hasta que muramos de sed podrás quedarte a ver la tele en casa. Tú serás Lana Turner y yo Monty Cliff, quién no soñó morir así, perdiendo el miedo a no vivir en calma. Cuando eso ocurra lloverá y lo hará tanto que el cristal se incendiará de flores y bengalas, se incendiará de flores.

Pd: tenía que ser un grupo de Cordoba, que ahora se hace puede encontrar bajo el nombre de Catenaccio. El título del disco aquel era El Amor desde el Aire.2002

14 de julio de 2017

Microrrelato 4.0- Fin de la cita con un bit.

"El sistema no lo permite"- dijeron desde el mostrador después de unos segundos mirando la pantalla y con un golpeteo de teclado. Entonces, casi como si fuera una orden de ejecución dada por los altos mandos de las SS, fulminaron al cliente. No era responsabilidad de la señorita de atención, ni del jefe directo, ni del consejo de administración de la compañía. Era un impedimento del sistema, del algoritmo, de la base de datos que mezcla big data con tus datos de facebook y tus cuentas de instagram, de la conjura universal de tus contactos o de los permisos de acceso a la cámara que diste a un juego. Y ya está, implacable, no lo permite y punto. Fin de la cita.
La culpa fue de un bit en mal estado. "La tecnología ha llegado para ayudarte"- pone en el eslogan.

13 de julio de 2017

Los fantasmas de la gente.

-¿De verdad que crees que conoces a las personas?- me preguntaron por un mensaje, que es por donde se dicen muchas de las cosas para las que no hay valor de decir a la cara. No es el caso pero es el medio.

Respondí algo así como que no tengo una gran seguridad sobre los vientos que llevan a las gentes a comportarse de una u otra manera pero sí que me fijo mucho y que, desafortunadamente, he aprendido a no confiar en lo que me dicen sino en lo que hacen. Que la mayoría dice mucho pero hace muy poco. Que hay más capacidad para la excusa que para la verdad. Que ese universo "polite" cada día me enfurece más. Que usando solamente ese parámetro mi dictámen sobre la bondad del mundo es bastante bajo. He sido estafado, engañado y traicionado bastantes veces, pero tengo una memoria cabronamente selectiva que me recuerda esas espinas mucho más que las caricias.
No puedo evitar sorprenderme cuando alguien cumple su palabra, llega a tiempo, coge el teléfono a cualquier hora que lo necesites, acata las normas o incluso, como acto de suprema magnificencia, se sacrifique por valores o personas que no le supongan ningún beneficio personal a corto plazo.

Puede ser que una vez leí un libro que razonaba algo bastante lógico: si se asume lo peor todo lo que venga será positivo. Ahora he aprendido que si se asume lo peor una parte de la vida, normalmente relacionada con las personas humanas, enseñará que siempre puede ser peor, que siempre puede llover.

Suena catastrófico, y lo es.

En China por poner un ejemplo tonto, decidieron poner en marcha una app para compartir paraguas. En el teléfono sale un código, coges tu paraguas, lo compartes, te proteges de la lluvia y lo dejas allá donde vayas. Bien: 300.000 paraguas robados. Eso sólo lo puede superar el mítico video de los paraguas de fitur, que también es una cuestión de jeta y de paraguas. Y demuestra algo bastante obvio: los caraduras que abusan cuando algo es gratis, aunque no les haga falta, no son siempre mediterráneos.

Entonces me pueden aparecer datos de un camping sueco donde las personas dejaban el dinero en una cesta y nadie lo robaba. Si. Me lo creo. Hay excepciones para todo. El problema es que es la excepción y los ladrones siempre son otros pero, de una forma u otra, el robo se produce. Quizá ninguno roba cien millones de la caja de seguridad de un banco pero nos fuimos sin pagar de un bar, quitamos el iva de una factura o no dijimos nada cuando no nos cobraron el segundo plato. Dime de dos personas que no tengan un programa pirata o una canción descargada irregularmente en su ordenador. Pues eso. Solo deja de ser delito si es de alguien que apareció en operación triunfo.

Sin delitos no hace falta policía y cada vez hay más patrullas. Eso tiene que significar algo.

Es una deriva en la que el estúpido lo es por buscar excusas para sus pequeñas trampas, por preocuparse más de encontrar la ley de la que aprovecharse antes que de cumplirla, de encumbrarse en la pirámide evolutiva como el nuevo referente que ve el fútbol gratis y se conoce las promociones de los días de oferta. El que te dice, ufano, "te voy a explicar" como cuando nosotros ganábamos los juegos con los comandos "poke" (un precursor del cheat engine en los spectrum) y no habíamos aprendido que lo divertido es jugar.

¿Y cual es el problema?. Que ya no importa jugar. Importa ganar.

El universo de los ganadores es un saco de oro putrefacto o quizá ganar no es ser el primero. No lo sé.

-Conozco los fantasmas de las personas y veo cómo les arrastran, a veces.- fue mi última respuesta.


In the waning days ahead, I gotta look back down the road. I know that it's not too late. All the stupid things I've said, and people I've hurt in my time. I hope it's not my fate, to keep defeating my own self, and keep repeating yesterday. I can't keep defeating myself, I can't keep repeating, the mistakes of my youth. In the dark of night, I might be able to make myself think that I'm still a younger man. But when the light of day shines down, there's no way to get around it, I'm not the younger man. I keep defeating my own self, and keep repeating yesterday. I can't keep defeating myself, I can't keep repeating, the mistakes of my youth. The choice is mine for making a better road ahead the road that I've been taking, headed for a dead-end, but it's not too late to turn around. In the final moments, I hope that I know that I tried to do best I could. To stop defeating my own self and stop repeating yesterday.I can't keep defeating myself, I can't keep repeating, the mistakes of my youth.
De hace algún tiempo a esta parte, y de ahora en adelante, tengo que volver la vista atrás en lo andado. Sé que aún no es demasiado tarde. Todas las idioteces que he dicho, y a la gente que he herido durante este tiempo... Espero que mi destino no sea continuar defraudándome a mismo y continuar repitiendo lo de ayer. No puedo seguir perjudicándome a mí mismo, no puedo seguir repitiendo los errores de mi juventud. En la oscuridad de la noche, debería ser capaz de reflexionar, para darme cuenta de que aún continúo siendo un tipo joven. Pero cuando a la luz del día le da por brillar, no hay manera de ocultarlo, ya no soy aquel joven chaval. Sigo destrozándome, y sigo repitiendo los errores del ayer. No puedo seguir maltratándome a mí mismo, ni puedo seguir repitiendo los errores de mi juventud. La elección es mía, para construir un mejor camino del que he estado tomando, de acabar en un callejón sin salida, y aún no es demasiado tarde para girar el rumbo. Llegado el momento final, espero tener la convicción de haberlo hecho lo mejor que pude. Para tratar de no castigarme y no volver a repetir los errores del pasado. No puedo dejar de martirizarme, no puedo volver a repetir los errores de mi juventud.

8 de julio de 2017

Confortably Numb - 1994

Creo que he oido bastante música y he visto una cantidad aceptable de directos. Pero en conciertos GRANDES Pink Floyd siempre es Pink Floyd. A partir del minuto 5 es ENORME. Es de esas ocasiones en los que los brazos abiertos , el cuerpo tenso, la mente embotada y los sentidos poseídos se dejaban, casi como si David Gilmour estuviera delante, penetrar por ese sonido que lo llenaba todo y que conseguía volar por encima del estadio. No era mi grupo favorito ni mi canción favorita... creo que es lo mejor que he visto jamás. Y no me cansa mientras me pide más y más volumen. Quiero estar ahí una y otra vez.

Supongo que eso quiero, en todo.

Pd: para todos los que se van de festivales. Hubo un tiempo de música antes de los espectáculos.
Pd2: otros directos increíbles:

Dave Matthews Band tocando All Along The Watch Tower
Fool´s Overture de Supertramp en el concierto Paris del 79 (claro que fue el primer disco que tuve)
Sultans of Swing, del Alchemy, Dire Straits 1984
New Sensation, Insx en Wembley del 91 (por la gente)
Gun´s ´n´ Roses tocando a Dylan en el 92
Cualquier actuación de Queen con We Will Rock You (preferible en Wembley)
Alive, de Pearl Jam, el año 92
Beth Hart, disfrazada de Janis Joplin, poseída con Am I The One en 2005
Thunderstruck, en Donington.1991
Can´t Stop, de Red Hot Chilli Peppers, en Slane Castle, 2003. Con Frusciante en estado de gloria.
Prince, en la SuperBowl del 2007. (Extra: prince más chulo que un 8)
Rage Against the Machine, en 1993, con killing in the name.
Free Bird de Lynryd Skynryd, en el 77. 8 meses antes de caerse el avión.
Are you gonna go my way, de Lenny en 1993
Bad Girls bajo la lluvia de Verona, Jamiroquai en modo funky (2002)
CUALQUIER concierto de Maceo Parker..
(perdón, me dejé llevar)

Pd3: el homenaje a Stairway to heaven del 2012

6 de julio de 2017

Waiting in vain

Dice la traducción de "waiting in vain" (brutal en la version que Annie Lennox hizo sin querer) : sé que estoy en el fondo de tus opciones pero la sensación de esperar está bien así que no me trates como una marioneta sobre una cuerda porque sé cómo hacer lo mio. No me hables como si pensaras que soy tonto. Quiero saber cuando vendrás. No quiero esperar en vano por tu amor porque el verano está aquí y yo sigo esperando.
Al menos sabe lo que espera, que ya es mucho saber. Yo he creído saberlo alguna vez pero me quedé como si me hubiera pillado spiderman: lleno de telarañas.

Conozco a quien intenta vivir esperando ese momento de furiosa emoción irrefrenable que les arrastre a un mundo mejor, como cuando en una película suenan de lejos unos violines que van acaparando todo para desembocar en un lustroso final emocionante, tonto y feliz como un villancico. Salir corriendo desnudo hacia el mar, entrando a saltos hasta que las olas hacen perder el equilibrio. Follar como leones. Gritar muy fuerte. Bailar sin tener en cuenta los esguinces o conducir con las ventanillas abajo, la música bien alta y el aire soplando. Cantar dentro del casco de la moto. Residir en un video de los Aerosmith de principios de los 90 donde la tecnología funcionaba y era bastante amazing. Hemos sido educados esperando un punto de éxtasis infinito que lanza los sentidos más allá de lo imaginable. Esperando, como los papalagi, pendientes de lo que vendrá y algo cariacontecidos por lo que no fue.

Nos encantan las canciones que empiezan suave y revientan a los tres minutos y eso es por que queremos aguantar y saber que va viniendo, como la subida de la curva de Masters&Johnson, un punto álgido en la montaña rusa de las sensaciones de la que no nos queremos bajar.

Un día mi hermana se me acercó. Me dijo que a su alrededor dos hombres llamaban su interés. Uno soso, correcto y elegante que la adoraba y la tenía siempre, por hacerlo puntuable, entre 6 y 8. Estaba bien. Correcto. Otro, sin embargo, la podía hacer reír de una forma desenfrenada un día y matarla de rabia el siguiente. En una escala del diez llegaba al trece o estaba en cero. Siempre era una sorpresa. No voy a hacer un spoiler de su elección.

Dicen que nos volvemos conformistas con el paso de los años pero un 7 es más que la media entre 13 y 0, que es 6.5. Quizá ese fue el error. Quizá el error es esperar al 13 hasta que se nos hace de noche esperando. En vano.

Vivimos en una sociedad que busca el extremo en sus comportamientos. Los debates que acaban a hostias, los duelos a muerte en Torremolinos o el amor que termina sobre el suelo del portal y a mi me gustan las camas y las bañeras. He aprendido a ser más comedido con el tiempo porque cuando hice todo lo demás nunca pasó nada. Las drogas que llevan las emociones al extremo, al final, matan generaciones.

Cuando me calmé me pasó lo mismo pero las multas por exceso de velocidad desaparecieron y los fracasos fueron menos dolorosos. Uno cae desde más abajo y le da tiempo a poner las manos. Tengo una lesión en el hombro.


Pd: Eso no quita que, sorprendentemente, el año pasado tuve un momento en el que quise gritar y correr hasta que la cuarta ola del cantábrico me tumbara de la misma forma que, después, tumba la logística. A veces el niño consentido adaptado que llevo dentro me sigue arrastrando en la búsqueda de lo que sentí.

Canción desconocida maravillosa desde el 2.58: TODO EN VANO, skimo.

4 de julio de 2017

Capitalismo 4.0

Los repartidores de deliveroo están en huelga. Oh, que pena. Nótese cierta ironía en esta desagradable tragedia.  Me sucede más o menos lo mismo que cuando a un grupo de padres defensores de lo natural se les muere un hijo porque no les ha dado la gana de vacunarlo. Me da pena pero hay una parte de mi que dice que cuando se compran muchos boletos para algo hay veces que toca.

Bien.

No se si sucederá lo mismo en el resto de los lugares del mundo pero España es el puto paraíso low cost. Low cost de vuelos, de hoteles, de cervezas en una happy hour, de black friday, de orange weekend, de bloddy sunday. Los reyes del outlet y de la rebaja. La mejor manera de engañar a un español es decirle, aunque sea una mentira como un record mundial en los doscientos cincuenta metros lisos de tu primo el cojo, que tiene un descuento de un 60% en esa unidad que es, además, la última. 

Y después, sacar otra para buscar a otro que no se preocupa de mirar lo que costaba antes o valorar si realmente lo necesita para algo.

Si algo tiene el cambio cultural al que estamos siendo sometidos desde hace un relativo poco tiempo es que busca satisfacer esa necesidad tan absurda e imbécil de querer ser más listo que el vecino aunque sea poniéndole una zancadilla. Engañar a nuestros iguales es algo muy de los pobres, qué quieres que te diga. Es algo absurdo pero es cierto. Viene a ser como disfrutar viendo por el circuito cerrado de televisión cómo dos se pegan por unas enaguas de rebajas cuando dispones de un almacén lleno pero sabes que el hecho que se peguen es lo que le da valor a esa prenda de mierda.

Lo que se llama economía colaborativa tiene mucho de eso. Creo que requiere de una explicación:

La inmensa mayoría de esas aplicaciones, esos servicios que parece que se han inventado ahora y existen desde los confines de los tiempos, hablan de la ecología, de la felicidad, de la ilusión enorme que supone ser un nuevo elemento colaborar de un mundo mejor que haremos entre todos contra las garras de la polución, la indignación y el capitalismo. Conducir una bicicleta por una gran ciudad, contaminar menos con un coche compartido, aprovechar esas cosas que ya no usas para que hagan felices a otros... no sé, enriquecerse de la cultura de otros mientras se despiertan en el sofá compartido de tu casa. Hostia, cómo me molo. Lo hago por la alegría, por la bondad. Todos olemos a rosas y nadie se lleva el candelabro de tu abuela cuando le dejas al británico borracho solo en tu salón. Es un componente absolutamente hipócrita porque, mi querido cabrón, lo haces por la puta pasta. Por no pagar un hotel, por no ir en taxi o por pagar menos por el porte. lo haces por sacar unos euros miserables aunque el niño se haya cagado cien veces en ese cochecito que has puesto de segunda mano. Apuestas por internet, intentas poner publicidad en tu blog o quieres hacerte youtuber por un porcentaje de ego y, sobre todo, por el maldito parné.

Y claro está, te importa una mierda el trabajo del repartidor, si gana un salario digno o si la plataforma de mierda es la que se lleva el dinero a cotizar al Congo para no pagar impuestos. Eso no te importa porque , sencillamente, no es tu problema. He visto a cargos electos de la izquierda reaccionaria colaborativa española reclamando acabar con el esclavismo infantil con una camisa de zara, unas bragas del primark y haciendo fotos con su iphone. Eso, en mi idioma, es la definición de hipocresía. A ver si nos aclaramos: el trabajo basura es una mierda pero cada vez que usas un puto servicio low cost estás ayudando a crear otro trabajo basura. Unos los crea un gobierno poco sensibilizado con las personas y otros, hijo de puta, los creas tú.

La economía colaborativa, al menos a la que me refiero, exprime a la mano de obra intermedia al máximo. No protege a sus trabajadores, no ayuda a generar riqueza y nos aboca a un futuro donde ganes una mierda alquilando tu salón por airbnb, otra mierda repartiendo pizzas en bici, unos euros vendiendo la ropa usada y la licuadora con restos de pomelo, otro poco con la publicidad que google quiera poner en tu blog y el resto para llegar a fin de mes a base de apuestas por internet de esas en las que sólo ganan los matemáticos. Es decir: por ese camino en vez de un trabajo de calidad tendrás cuatro trabajos de mierda. Decía un amigo de universidad: Más fijo que un Longines.

Por detrás nuestro viene una generación que no quiere renunciar a nada. Quiere móvil, internet, viajar, conocer mundo y hacerlo todo. Vivir en un jodido anuncio. No saben que no se puede tener todo y lo que queda es tenerlo todo pero de una calidad de mierda.

Elegir es renunciar pero es un verbo que no se aprende a conjugar viendo la televisión. Mucho menos en una app. Mucho menos trabajando para una app, comprando en Amazon (impuestos en Luxemburgo) y descubriendo que el capitalismo 4.0 es mucho más cabrón que del que queríamos escapar.

Lo curioso es que en éste algunos entran de cabeza jurando que no es verdad.
Cuéntaselo a los repartidores de Devliveroo.

A ver si al final los taxistas, los comerciantes e incluso el dueño del Corte Ingles va a ser un tipo que trata mejor a las personas que Google, Uber o el imbécil que está ahora mismo buscando una excusa molona para encontrar mano de obra gratuita de una nueva web gay friendly, ecologista y solidaria.

No me jodas, anda, que badoo pone que es para hacer amigos y todos sabemos que es para follar.
Uno hizo un amigo, si. Y yo contaminé menos llevando a cuatro en BlaBlaCar pero, ¿sabes?, !me pagaron el viaje!.