Me hubiera encantado escribir estas frases pero no, no son mías. Sin embargo tienen ese regusto al orgullo nunca admitido que tiene la soledad del soltero entrado en años, la soltera que se cuida y que por una u otra razón abre una botella de vino los jueves al llegar a casa mirando por la ventana la vida de los del edificio de enfrente. Tiene algo de escondite y añoranza. Idealismo. Y vuelta al disfraz de la modernidad.
Lo hubiera firmado yo pero no, no son frases mías.
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