No es lo mismo que te lo diga yo a que te lo diga un aliento nuevo después de la tercera cerveza. En mi caso sabes donde están las heridas cicatrizando y hay veces que te gusta creer que no hay heridas ni taras, que el hallazgo del nuevo mundo es el destino y, sin embargo, suena mi voz desde lejos por las mañanas, a veces, si es que no hace el suficiente sol.
No es lo mismo un disco de Leiva o de Sabina y se empeñan en cantar a dúo cuando uno sonó a verdad hasta el mentiras Piadosas y el otro siempre me suena a farsante.
Estamos llenos de prejuicios no por el contenido, sino por el continente de los alientos.
Da igual que el mismísimo demonio, en un acto de contricción infinita, venga a salvarnos la vida. Saldremos corriendo en dirección contraria a abrazarnos a uno vestido de ángel. No se escucha a los malvados ni tienen sentimientos los enemigos.
Sólo les hacen faltas a nuestros delanteros. Sólo tienen razón los políticos que os caen en gracia y de ahí la diferencia entre prevaricar o desfalcar, ser un cabrón o un gilipollas. Un bocazas o un imbécil. Un inútil o un desalmado. No debe de acertar, ni por error, el investigador que quiere acabar con el cáncer si es que acaso es de la otra universidad. Da igual el cáncer. Perder ni a las chapas, que decía un perdedor.
Estoy hablando de la manera más partidista que tenemos en el mundo moderno de ponernos las zancadillas.
Mi madre dice que uno es tanto lo que es como lo que los demás creen que es. Mi madre es sabia. No lo dice desde un estudio antropomórfico del mundo ni desde un análisis, sesudo y estadístico, sobre el comportamiento humano. Lo dice con la atalaya de sus 86, que es mucha más titulación que unos cuantos máster rellenando curriculums. Cuando los demás se empeñan en que eres alto, lo eres. Cuando los demás se empeñan en que eres tonto, lo eres. Cuando los demás, poseídos por la marea desconcertante de la "arquetipización", consideran que eres un crápula, podrás demostrar que llevas años sin pisar un bar y jurarán que te vieron borracho a las tres con dos componentes del equipo checoslovaco de natación sincronizada en un burdel mixto.
Hay, cada vez más, mentiras en forma de meme que se convierten en verdad.
Dura más una mentira socialmente aceptada que la vida media de un smartphone.
No es lo mismo que te diga al oído lo que pasa, no es lo mismo la verdad susurrada por mi que la mentira por un predicador con seguidores en twitter y un halo de santidad pagado de repercusión social. Te volví loca dando la razón a unos y luego a otros porque sólamente quise fijarme en el contenido de las palabras y no en las voces que las pronunciaban. Acepto equivocarme el 44% de las ocasiones, 45 el dia 30. Te alerté de acantilados y nos hicimos fotos en el extremo de alguno sabiendo que si resbalabas me iría detrás. No te suena a verdad cuando te digo que tengo ganas de verte. Crees que es un juego porque , quizá, los demás me pusieron en el rol de jugador. En el rol de alto, que no lo soy, de tonto, que puede, o de crápula sin saber lo que cuesta una cerveza. O de reptiliano.
Cada vez que uno sale en la radio, en una red social o en una declaración jurada poniendo en duda un argumento porque lo ha dicho "el otro", le retiro el voto.
Pero es más rápido que argumentar en contra y mucho más, por supuesto, que aceptar que quizá si, quizá el cáncer lo curó el otro. Muchos prefieren la enfermedad a aceptar las derrotas y así sólo hay cadáveres en las calles. Me dan mucho asco los políticos que juegan a "yo soy el bueno y tú eres el malo". Me dan pena sus votantes.
A veces paso junto a mis cadáveres, que soy yo fallecido de mil flechas diferentes. Una por cada prejuicio.
Me han llamado de todo. Lo he sido todo en muchas mentes. Lo difícil es ver lo que soy, si es que lo fui. Californication es la historia de amor de un perdedor empeñado en no ser feliz.
Pero es más rápido que argumentar en contra y mucho más, por supuesto, que aceptar que quizá si, quizá el cáncer lo curó el otro. Muchos prefieren la enfermedad a aceptar las derrotas y así sólo hay cadáveres en las calles. Me dan mucho asco los políticos que juegan a "yo soy el bueno y tú eres el malo". Me dan pena sus votantes.
A veces paso junto a mis cadáveres, que soy yo fallecido de mil flechas diferentes. Una por cada prejuicio.
Me han llamado de todo. Lo he sido todo en muchas mentes. Lo difícil es ver lo que soy, si es que lo fui. Californication es la historia de amor de un perdedor empeñado en no ser feliz.
4 comentarios:
Y realmente, ¿Qué eres?
¿Hay un rol de alto?
Y, ¿de verdad te invitaron a jugar en esa liga?
Todo es posible en el mundo virtual.
Gracias.
a) no lo se.
b) hay un rol de alto. Juegas en un equipo de baloncesto=eres alto. (y yo, con complejo de bajito porque era el más bajito del equipo)
Hay muchas personas, que por no tener que pensar, no ya por sí mismas -Dios las libre de semejante despropósito-,si no para evitar el hecho de pensar, aceptan, dan por validas y repiten, las palabras de quienes se han, o alguien ha, erigido en adalides de la verdad absoluta.
Por desgracia, ese tipo de aborregamiento está extendiéndose como una plaga en nuestra sociedad.
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