Mal dia para buscar

12 de marzo de 2012

Los cuervos del poder (y la mayoría)

Uno de los trucos más sucios que tienen las empresas esas que realmente ganan dinero y que son las de la luz, el agua, el gas y el teléfono es pasar una factura por poco dinero haciendo la estimación del gasto, aguantar hasta que suben las tarifas y meterte una bofetada que duele con la lectura real de los contadores en cuestión. Se ahorran un inspector durante un mes y te cobran con las tarifas nuevas que suelen ser sustancialmente más altas. El problema es que cuando llega la factura de 12€ no nos alteramos y no nos damos cuenta que la próxima será de 240€.

Existe un mapa de la corrupción política en nuestro pais que viene a demostrar que no hay ninguna sigla que monopolice la corrupción sino que cada vez que hay un euro en el aire de lo público o lo institucional, aparecen los cuervos del poder.


Es lógico, entonces, que ante la necesidad de simplificar la actualidad contemporánea la mayoría de nuestros ciudadanos opten por considerar que político+dinero público=corrupción. Esto es lo mismo que pensar que si tu pareja queda para comer con alguien del sexo contrario dará como resultado una relación sexual brutalmente satisfactoria pero eso, si lo analizamos con la frialdad que da la realidad e incluso viendo las veces que hemos quedado con alguien sin que hubiera (ni como pensamiento fugaz) un intercambio de fluidos, es una psicosis irracional que lo ensucia todo.

La semana pasada hablábamos del dinero que las personas de bien seguían dando a las ONGs e incluso del dinero que institucionalmente se da a la iglesia para que lo destine a los fines que considere correctos.

Es mucho dinero.

La mentalidad contemporánea cree, por defecto, que cualquier euro en manos ajenas tiende a ser empleado en drogas, en putas y en alicatar los cuartos de baño hasta el techo. Ya no acusamos directamente a los banqueros, a los políticos o a los curas. Acusamos, con el dedo que todo lo señala, a cualquiera que tenga un mínimo de presupuesto a su alcance.

Todos los que viven del dinero que no vemos se han convertido en culpables.

Sin embargo tengo la pequeña idea de que el porcentaje de corruptos y de personas de bien es prácticamente idéntico en cada faceta de nuestra sociedad con la salvedad que un camarero corrupto se lleva 15€ de la caja e invita a sus amigos y un político se lleva 15 millones y paga las putas a todos.

Tengo una visión de primera mano de más de una ONG que sobrevive con menos de lo mínimo y donde sus trabajadores ganan menos de lo que perciben, en cuestión de renta básica, alguno de los usuarios de aquellos servicios. Porque las ONGs, aunque son chulas como una manifestación por los derechos fundamentales, están mal vistas cuando se financian de los impuestos.

Al igual que se ha publicado que los directores de algunos museos de Italia ganan menos que los que friegan el museo conozco a algún político que, al contrario que el retiro de lujo de algunos, se lleva a casa menos que la cajera del Eroski. Pero siendo político en estos tiempos convulsos la mentalidad global lo asocia a las malas artes, las concesiones ilegales, el enriquecimiento rápido como un futbolista y cierta distopía.

Uno de los trucos más sucios que tienen las sociedades para eximirles de culpa es la resignación y pensar que esa factura barata de la estimación del gasto se va a repetir el mes que viene cuando era absolutamente obvio que la bofetada tenía que ser de premio.

Y ahora que recibimos la bofetada todos son culpables menos nosotros. Ahora creemos que todos los políticos son corruptos, todas las ONGs se llenan los bolsillos, todos los curas pederastas y que las monjitas que van llenando los platos de los comedores sociales se van a su celda en Ferraris.

Los cuervos del poder, que son aquellos que van volando a robar aquello que brilla para llevárselo a su nido, no son todos. Ni siquiera son mayoría. Algunos, al igual que tú y que yo, intentan hacer su trabajo. Algunos hasta lo intentan hacer bien. Existen políticos honestos, banqueros con ética, ONGs que limpian la escoria que genera nuestro sistema de vida por un coste de guasa y... y futbolistas con estudios.

Más de uno.

Pd: Pero si eres honesto no eres noticia. Sólo son noticia los cuervos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hipocresía: Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.

El camarero que roba 15 euros, pero me sirve un café diciéndome que los funcionarios tenemos mucha jeta.

La fallera mayor de Valencia, que se marcha de crucero por 32.000 euros pagados por un ayuntamiento más que endeudado y pide que la gente deje de abuchearla cada vez que aparece en una mascletá.

El parado que cobra prestación, trabaja en negro y me explica que hay que recortar en el sector público.

Más de un conocido que se tira 3 meses de baja por un golpe con un bordillo y luce un moreno que ni la Gunilla.

La monja con la que me cruzo en el autobús y que me sonríe mientras critica la forma de vestir de una musulmana.

El albañil que se compró un duplex y un coche de lujo a cuenta de la hipoteca y que se queja de que lo hizo engañado por el banco, mientras yo me cansaba de decirle que la economía va y viene y por el camino se entretiene.

Creo que soy una hipócrita:
Sonrío a todos ellos, pero pienso que "el mal está en el aire y si lo respiras te mueres"

iparrajose dijo...

el mal está en el aire pero si lo respiras (que lo haces) no te mueres: te contagias.
Y al final no sabes si estás sano del todo, sano a medias o completamente corrompido.

Anónimo dijo...

Creo que te equivocas en el artículo. Es posible que no sean todos corruptos pero lo cierto es que es tan corrupto el que se lleva la pasta como el que lo ve y lo deja pasar o no lo denuncia.
Es posible que solo sean unos pocos los que cobren de la corrupción pero estoy totalmente seguro que muchos de ellos lo saben y esto para mi también es formar parte del delito.
¿Me estás diciendo que los entramados corruptos solo son visibles para los que cobran por ello? En la legislación está bien claro, el que no denuncia un delito es sin lugar a dudas cómplice. Lo siento pero no me lo creo, todos los que están en el ajo son culpables y si no que empiecen a largar y a sacarse a los compañeros de filas manchados de encima.
O plantamos todos cara o se nos comen. Nadie puede esconder la cabeza y mirar para otro lado y por supuesto esta máxima empieza con quien tiene capacidad para ver.

pesimistas existenciales dijo...

a ver si me explico...
Ladrones hay en todos los sitios.
Ahora, que estan las cosas como están, vemos ladrones a diestro y siniestro.
Simplemente digo que... el porcentaje de ladrones es menor que el que parece... que quizá haya más políticos honestos que corruptos.
Que la excepción es la noticia.
Que parece que todo son excepciones... y que así castigamos a la mayoria, que son los que no se llevan tajada.

Anónimo dijo...

El problema que yo planteo es que nosotros como ciudadanos no podemos castigar o hacer esa diferenciación. La única forma de sacar del cubo a los que lo son es que los "políticos buenos" se encarguen de hacerlo.
Nosotros lo único que podemos hacer es ir a votar cada 4 años y las opciones cada vez son menos interesantes.

Anónimo dijo...

Es curioso que cuando alguien se plantea la posibilidad de que exista algun politico honesto llamen a esa reflexion "chorrada".
Enhorabuena.
A veces hay que recordarlo.