Empiezo con la definición: Tecnocracia, es el gobierno llevado por un técnico o especialista en alguna materia que ejerce su cargo público con tendencia a hallar soluciones apegadas a la técnica o técnicamente eficaces por encima de otras consideraciones ideológicas, políticas o sociales
Más o menos, haciendo seguidismo de las últimas tendencias en Italia o Grecia, viene a decir que si aquellas personas elegidas por la mayoría democrática no han sido capaces de hacer ningún progreso quizá deberíamos dejar que las riendas de nuestra sociedad quedaran en manos de aquellos que dejan a un lado las bondades de la convivencia humana y se dedican a aplicar recetas que nos salven del abismo populista del sistema que hemos tenido hasta ahora.
Curiosamente algunos estudiosos del comportamiento de masas han publicado hace poco (no escuentro el link, sorry) que la mayoría tiende a actuar correctamente. Es decir, que movimientos como el 15-M o incluso aquello que detonó los London Riots tiene, en su base, un planteamiento correcto aunque después existan desviaciones, que son las que nos publicitan, violentas o equivocadas.
Con esos estudios en la mano se puede tener la tranquilidad de que el sistema democrático funciona pero, sin embargo, la inmensa mayoría de los ciudadanos creen que los dirigentes que tienen son unos incompetentes. Es más, con la crisis del euro se ha pedido expresamente a Grecia que no pregunte, en un ejercicio de democracia pura, a sus ciudadanos si están dispuestos a apretarse aún más el cinturón porque es perfectamente obvio que la mayoría respondería que se apriete el cinturón su señor padre.
Es exactamente lo mismo que si le preguntas a un aleman de pro si está dispuesto a pagar de su bolsillo los desmanes económicos de un grupo de italianos con gafas grandes, zapatos en punta y que eligieron democráticamente a Berlusconi.
¿Nos gusta, entonces, el sistema pero aborrecemos los resultados?. Parece ser que sí. Parece ser, también, que en esta campaña nuestros políticos al estilo tradicional desechan la opción tecnócrata por si acaso fuera una respuesta válida a años de mediocridad gestora de nuestra sociedad que ha convertido la política en un espectáculo dirigido por las campañas de marketing orientadas hacia el desprecio del contrario y de cualquier atisbo que tuviera la forma de una idea.
Existe un capítulo de Los Simpsons (creo que "los simpsons y la utopía") en el que las mentes más prodigiosas de Springfield se hacen cargo de la alcaldía e intentan convertir a su ciudad prácticamente en un Walden Dos. Sin embargo, al pedir a la población que tenga que renunciar a los espectáculos violentos, al exceso de bebidas alcohólicas y a corregir su asilvestrado comportamiento la masa se opone a renunciar a todo aquello, imponiendo la vuelta del corrupto y populista alcalde Quimby.
La tecnocracia en europa se está abriendo camino a codazos con forma de crisis ecónomica y social. No pongo en duda que terminemos siendo manejados por gestores que nos controlen a base de sutiles decisiones especializadas. Pero creo que la masa, esa que dicen que no se equivoca, seguirá votando a las opciones populistas de la misma forma que ven la escoria de tele5 aunque les encantaría que en su casa sólo se viera la2, que programa documentales que no son capaces de comprender.
Supongo, entonces, que tendremos tecnocracia envuelta el populismo. Lo que es lo mismo: terminaremos, a golpe de papeleta, sin saber quien manda sobre las decisiones que nos afectan.
En definitiva: Un Walden Dos en el siglo XXI pero con pan y circo.
1 comentario:
Felicidades excelente nota!
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