El 5/7 hice una selección semestral de los post del año.
Quizá toca, en este fin de año lleno de desidia (y que mi psicólogo dice que es un avance, aunque un avance aburrido (eso es mio), ver qué ha dado de sí el segundo semestre. Allá vamos:
AGOSTO:
El triángulo dramático, que no deja de ser una manera de relacionarse, aunque fuera el verano del whatsapp.
SEPTIEMBRE:
Me gustó mucho, hasta me sentí orgulloso y me hizo pensar el post de La Ira por mucho que volviera a mi postura de viejuno vintage con los Bisbales de la reivindicación o de estar de vuelta de casi todo lo cibernético con el post de Facebook, tu ex y la imaginación.
OCTUBRE:
Alguno pensó que me había convertido en el Richard Gere de la seducción (que es profundamente falso) con Mis mujeres y los videos de Aerosmith por mucho que sea un tipo sencillo que comparte La forma de convencer a un hombre común. Hice literatura en Plano Secuencia Cotidiano y me puse tonto con Poder es Elegir. Elegir es Renunciar.
NOVIEMBRE:
Me fijé en La Empatía de los pequeños detalles y me volví nostálgico en La Cultura infinita de los 80 o ese post que empieza con un partido de baloncesto y termina haciendo extensivo el comportamiento deportivo a la naturaleza humana (al menos cuando pierdes) y no sabes cómo relacionarte dentro del nuevo idioma del siglo XXI
DICIEMBRE:
Lo importante, al ver que se acaba el año, no es donde llegaste, sino cómo llegaste y esa es La Importancia de los juegos de mesa. También aprender, qué puñetas, lo grande que es la Oda a la (im)perfección.
Sé que no estoy rindiendo a mi nivel, como una pájara de un ciclista, un gatillazo de un adolescente sobreexcitado, un marido aburrido o un coche con las correas gastadas. Es la disfunción eréctil de un tipo que pasó los 40 hace un rato. Espero que hayais disfrutado, un poco y menos que con los demás, a los largo de las gotas personales de literatura que se me caen casi a diario.
Nunca somos los mismos que ayer, aunque lo parezca.
El 28/7 escribí: No eres preso de los sistemas ni de las cadenas. Ni siquiera eres preso de las circunstancias y las señales que te llevan por uno u otro camino. Al final de todo, si lo piensas bien, eres preso de tus expectativas.
Nunca somos los mismos que ayer, aunque lo parezca.
El 28/7 escribí: No eres preso de los sistemas ni de las cadenas. Ni siquiera eres preso de las circunstancias y las señales que te llevan por uno u otro camino. Al final de todo, si lo piensas bien, eres preso de tus expectativas.
1 comentario:
Se han quedado en la ultima seleccion (los podeis consultar por fechas, en la barra lateral):
19/1: La tecnología y los nuevos recuerdos
8/3: Eligiendo la eternidad
26/4: Piensa y matarás el miedo
17/4: el gusanillo de la compasión
15/5: La duda patológica
26/5: Hombre mujeres e hipermnesia
7/6: Hacia comportamientos salvajes (de otros)
27/6: Escribir es Vintage
22/7: La mujer corporativa
20/7: El descuento hiperbólico
13/7: Miedo de verdad y en condiciones
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