Morirse es algo que se suele hacer más de una vez a lo largo de la vida. Una es la definitiva, pero muchas otras son las previas, como un ensayo. Se muere la infancia y se muere la vida afectiva. Se muere en un grupo y se muere ante los ojos de algunos y se muere la vida social. Se muere a propósito, lo cual se puede considerar un suicidio social o se muere porque te matan. Lo que está claro es que hay más de una muerte a lo largo de la vida. Como en todas las muertes siempre se intuye un final, mayor o menormente dramático, pero se intuye. He llegado a la conclusión que antes de una muerte siempre se tiende a intentar hacerlo con la mayor honorabilidad posible. Hacer las paces, cerrar puertas sin dar portazo, en definitiva, lo que se dice “morirse tranquilo”.
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