Si escribes Anita Sarkeesian en google llegarás a su propia entrada en la Wikipedia donde te viene a decir que es una conocida feminista que defiende la imagen de la mujer en la cultura popular actual. Te dirá, más o menos, que tras haber denunciado publicamente que los videojuegos utilizan roles machistas para describir a las mujeres se ha disparado una campaña en internet contra ella que la hace sentirse ciberacosada.
Independientemente que en octubre del 2009 hicimos una entrada titulada "No hay feas en los Videojuegos" lo que es cierto es que a más de uno se le olvida que internet no es un periódico ni una televisión con censores o personas dedicadas a cuidar el estilo: internet es la calle. Así que Anita, Sara Carbonero, Ramoncín, Bisbal, la novia celosa, Salvador Raya o todos aquellos que han denunciado públicamente sentirse acosados en internet por la masa anónima (Troles) entran directamente en la categoría de Cibertontos. (No quiero hacer ningún comentario de Cañizares y la foto de su mujer desnuda publicada ante los 170.000 seguidores de twitter).
Internet es libre (más o menos), y eso es una chulada. De la misma manera que es libre también es cierto que cuando uno se muestra en internet corre el riesgo de que le caigan bofetadas por todos los lados. Si de pequeño te pegaban en el recreo y te ibas a quejar al profesor lo más normal es que te cayeran hostias todos los recreos hasta la graduación, por idiota.
Internet tiene, si nos limitamos a los comentarios y esa manera de fomentar (al estilo tumblr) la culturilla y chascarrillos populares, la capacidad de encontrarnos miles de frases que bien se podrían decir en el momento en el que te crees el más gracioso del bar porque te has tomado catorce cañas. (Porque está demostrado que borracho te crees más seductor y más gracioso)
"Cuando samos ricos, nos compremos un chalé" he oído hace un momento por la calle. Podría ser perfectamente uno de los millones de comentarios, al estilo forocoches, que van y vienen cada segundo por la red.
"Los políticos son unos gilipollas". "La selección es la hostia". "Oygan, alguien me puede dezir k´mo krakear la wii?". "Mi ninia presiosa". Tenemos que reconocer que cualquier cosa es posible y, por supuesto, que te ataquen y que te insulten tras un comentario anónimo es lo más probable cuando dices cosas, con razón o no, que pueden no gustarle a la mayoría o a la mayoría vociferante que cabalga por los comentarios de internet como si no tuvieran otra cosa que hacer con su vida justo un momento antes de bajarse otra película o hacerse una paja visitando Petardas.
Si estás en tu casa y deseas con furiosa cólera que te follen como si fueras un adolescente desatado no haces una propuesta formal a doble espacio evitando los términos menos obscenos, dices las cosas como las piensas, que para eso estás en casa. Para muchos, es más, para la mayoría, Internet es ese lugar donde dicen las cosas como les parece oportuno y les ha parecido oportuno hacer bromas de esta señorita así que dicen lo primero que se les ocurre y ahí queda, como un meme más.
Afortunadamente en Internet las modas pasan rápido. A mi también me han insultado alguna vez de la misma manera que me gané algún puñetazo en medio de algún recreo.
Pero cuando Anita denuncia que la acosan en internet no es porque sea una feminista bogando en contra del mundo sino porque se ha convertido en Cibertonta.
1 comentario:
Internet viene a ser como tomarse esas 14 cañas, eso sí, sin machacarte el hígado y sin domingo en el que te prometes cambiar de vida.
Puedes decir lo que te dé la gana, puedes insultar sin miedo a que te rompan la cara, puedes mentir o decir verdades como puños... sin (aparentes) consecuencias.
En las lapidaciones, alguien tira la primera piedra y los demás le siguen entre gritos de júbilo. Mucho me temo que son internautas expertos.
Publicar un comentario