En cierta ocasión tuve una novia que estaba afiliada a CCOO y llegué a pensar que yo podía llegar a entender el mundo del sindicalismo casi como podia adivinar con una mano el lugar exacto donde se encontraba su clítoris, pero no debió de ser verdad, al menos lo segundo, porque ahora sólo soy capaz de recordar las últimas discusiones.
También se ha dado el caso que una buena mujer me aseguraba saber todo sobre música porque habían pasado por su cama una cantidad aceptable de intérpretes y baterías de rock&roll, aunque llevaba una canción de Pitingo como politono.
He visto cómo algunas mujeres que me habían conocido con menos ropa que un simio del zoo (ninguna) daban consejos sobre informática a sus amigas e incluso yo me he creído capaz de decorar consistentemente alguna vivienda porque me dijo cosas obscenas al oído una mujer que poseía el don del buen gusto (no en hombres sino en decoración).
Courtney Love cree que es una estrella del grunge y Latoya Jackson una diva del pop. Casi todos los familiares de Rocio Jurado se consideran grandes cantantes y en la familia Douglas todos ansían llevarse algún oscar en la próxima ceremonia.
Dice la sabiduría popular que todo se pega, menos la hermosura.
De eso va el chiste.
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