Schopenhauer definió el Pensamiento Unico allá por 1819.
Depués llegó la publicidad, la revolución industrial, la educación universal, la MTV, internet, yahoo, google, tuenti y facebook.
Y ahora cualquier persona que se precie dice que es de izquierdas, actúa como si fuera de derechas, se alegra porque maten a los malos, dice que todos los políticos son incompetentes y sube sus fotos disfrazado considerando que Halloween es mucho mejor que el carnaval porque es importado y porque no hace tanto frío como en febrero.
Y si es española, hace puente.Probablemente hace unos pocos años podías vivir aquellas diferencias que existían entre tú mismo y aquellos niños que jugaban en el otro barrio. Podría ser que tú tuvieras la suerte de jugar en hierba y ellos golpeaban el balón entre los coches de un aparcamiento de tierra delante de sus casas. Más tarde era probable que fueras de esos que vivía el pop de Mecano y consideraba que los fuertes sonidos de rock&roll más urbano eran propiedad de los otros.
Es más, se podría dar el caso que tuvieras una cartera con la que cotizar el dinero de una habitación de hotel donde poder vivir tus primeras andanzas sexuales cuando los demás lo recuerdan como una experiencia incómoda y memorable en un portal o en el asiento trasero de algún Opel Corsa. Podrías ser de combinados cuando otros seguían a golpe de cerveza.
Ahora, quizá por sobreprotección familiar, boom urbanístico o que Internet se usa para estudiar tanto, tus hijos, los hijos de aquellos y los hijos de unos señores que vivieron y se reprodujeron en Arizona pasan muchas más horas conectados a la red viendo los mismos videos, chateando en las mismas páginas e incluso compartiendo los mismos mitos, haciendo el mismo botellón y creyendo los mismos bulos.
Algunos lo llaman "la democracia de la tecnología" pero cuando ves a todos, sin exclusión, maquillados y arrastrando la pierna derecha delante tuyo en el paso de cebra que cruzan cuando esperas con tu coche a que se ponga el semáforo en verde, vuelves a recordar a Shopenhauer.
Cualquier día vivir las festividades como lo hacían nuestros abuelos va a ser algo profundamente vintage o será que no veo ninguna diferencia entre unos y otros, salvo las marcas de sus ropas manchadas de tomate y la calidad de las máscaras que estrenaron ayer.
Será la democracia de la adolescencia o la "adolescencia única" (que, en más de un caso, durá más allá de los 40).
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