Emakunde, que es el instituto vasco de la mujer, ha mandado una carta al dueño de un bar del popular barrio de Santutxu, en Bilbao, exigiéndole que cese de hacer comentarios y chistes que van contra el principio de igualdad de la mujer. El dueño del bar tiene la costumbre de escribir todos los dias chistes en unas pizarras que coloca en el mismo. Y hace chistes de los malos. Esos que son, como es lógico, los de toda la vida.
Chistes de guardias civiles. De hombres que engañan a sus mujeres. De mujeres que engañan a sus hombres. De dos tipos por el desierto o en una isla desierta. De niñas que hablan con niños preguntando qué es eso que tiene ahí. De negros que trabajan como un ídem o de San Pedro en el cielo descubriendo que, a la hora de elegir entre un billete o la biblia, aquel que mete el billete dentro de la biblia y pasa sin saludar es del opus Dei, por poner un ejemplo que no sea de elefantes y hormigas copulando, que la zoofilia está muy mal vista y van a venir los de greenpeace a poner una pancarta en mi casa.
A emakunde, como es lógico, la integridad moral de la guardia civil le importa poco, porque no es su campo. Que hagan un chiste que deje en mal lugar a los negros tampoco. Que se hagan gracias zoofílicas menos pero si en la pizarra pone "Cariño, dime una guarrada.- Nocilla con ketchup" lo considera denigrante porque a las mujeres no se le dicen guarradas, se les mandan flores.
Como todo el mundo sabe lo que más indigna a las mujeres de euskadi son los chistes de aquel bar. Es por ello por lo que aquella institución que se financia de dinero público ha puesto sus ojos en el machista dueño de un apolillado local que utiliza el humor más casposo como su punto de diferenciación con otros apolillados locales que viven lo tradicional que es el poteo de barrio en uno de los pocos barrios de verdad que quedan en el, a la par, moderno y popular Bilbao donde las mujeres aún se visten de domingo y cotillean en los bares donde sus maridos, txapela en ristre, consumen un vino antes de pasar al siguiente o empezar con las bilbainadas.
Emakunde, como el brazo armado de la radicalidad feminista, sabe que aquellos chistes son el preámbulo para la justificación de los crímenes machistas. Todo el mundo sabe que la última vez que un señor mató a su mujer en Bilbao dijo al estar delante del juez que "no la quería matar, pero es que le estaba contando un chiste que leí en un bar"
La culpa, como siempre, la tiene el humor. Algunos consideran que si cambiamos nuestra manera de hablar y lo que nos hace gracia muchos de los comportamientos sociales negativos dejarían de darse. Nada de mujeres con cuernos, ningún chiste de enanos, respeto al clero y a los niños, no se dice la palabra "marica", no hay retrasados ni tullidos, cuidado con hablar de animales, negros y moro no se puede decir, a Alá ni lo nombres, la Guardia Civil merece un respeto, nada de estigmatizar a gallegos, catalanes, andaluces o vascos.
Aunque a mi, que me sigo riendo con algunos chistes nunca se me ocurrió pensar que los negros, los moros, los tullidos, los retrasados, los curas, Alá, la guardia civil y las mujeres son menos que yo pero supongo que la manera de arreglar esta sociedad es volverla tremendamente sosa.
Por eso ya no hay humoristas, solo contadores de acontecidos.
Pd: (noticia de hoy)El ministerio considera que cambiar el término "cliente" por "prostituidor" reducirá el numero de putas. (siesque...)
1 comentario:
jejeje! yo creo que resulta magistral este maravilloso chiste!
me ha echo burlar hasta leyéndolo... si se cuenta solo con gestos y el tono adecuado seguro que proporciona mas carcajadas...
1 beso
Alcanzas dar con mas investigacion aprovechable en mi site
- nerea perez garcia
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