- Yo soy una persona de izquierdas. Vivo en un compromiso por la salvaguarda del planeta y los derechos de las personas menos afortunadas a las que considero que es de rigor ayudar para la integración en una sociedad justa donde hay sitio para todos. Los niños, las mujeres y las personas inmigrantes han de ser tenidas en cuenta para la consecución de un mundo más justo.
- Vale. pues vamos a poner un centro de acogida de menores inmigrantes enfrente de tu casa.
- Los cojones. A mi no me pones a cien delincuentes delante.
Esto mismo ha pasado en Sopuerta, en Vizcaya, donde un progresista gobierno de Bildu vacila entre su disposición moral y lo que le piden sus votantes. Es un buen ejemplo entre la bondad verbal y la realidad de los hechos. Al final en vez de 130 menores, habrá 30.
Es inimaginable la cantidad de personas que consideran que hay que trabajar menos horas pero no comprenden como están cerradas algunas tiendas los domingos por la tarde cuando les entran ganas de comprarse una camiseta o un buñuelo.
En España, que como buen pais mediterráneo pasamos más tiempo viendo la forma de sacar provecho de las normas que cumpliéndolas de una manera honesta, disponemos de ejemplos inquietantes. El último reside en que si alguien se identifica, porque lo dice él, perteneciente al grupo LGTBQ+, será prioritario en la búsqueda de empleo para nuestro más que bondadoso ministerio de trabajo. Así que no sería extraño que Roberto, barbudo tatuado con instrucción militar y dos hijos, jure que es mujer lesbiana porque de esa forma sus posibilidades de un trabajo mejor se amplíen. Obviamente hace el mismo favor a las personas trans que las mujeres a las que maltratan cuando hay otras que dicen que las pegan (y no es verdad) porque de esa forma consiguen un mejor divorcio. En todos esos casos, al igual que respecto de los menores que vienen de otras latitudes sin nada y se esfuerzan pero se ven tapados por delincuentes, nos aparecen las suspicacias.
Sin embargo nos encanta, a los occidentales medios, sentirnos bien. Nos gusta mantener ese rictus de superioridad en los semáforos, sentados en nuestro coche eléctrico, asegurando que protegemos el ártico sin querer hablar de lo que supone la fabricación de nuestras baterías y lo que pasará con ellas cuando en vez de un Suv se ponga de moda un coupé. Seguro que tampoco queremos una mina de cobalto cerca de casa o una central nuclear a tiro de piedra, pero nos quejamos por el precio de la luz.
El otro día leí que la derecha no sabe explicar lo que hace y la izquierda no sabe hacer lo que dice. Lo cierto es que, en la posición publicitaria de la ideología, es mucho más molón ser de izquierdas porque , de la misma manera que es mucho más romántico ir con el débil, a todos nos gustan las epopeyas y las películas en las que ganan los buenos. Claro que solamente si los buenos somos nosotros. Y como no nos han enseñado a gestionar las frustraciones o a sacrificar el discurso porque la verdad se impone, intentamos mantenerlo aunque sea de una forma ridícula: que se acaben las guerras, la paz en el mundo, la ecología en tu casa calentita, cultura gratuíta y centros de menores lejos de casa.
2 comentarios:
Y cuando han
sido los indepes
de izquierda , o
de derecha?,
eso si , el pnv
es algo así
como la marca
blanca de vox
en Euskadi, y
encima , gente
que están , o
estuvieron,
que si unos
en el opus
que si otros
jesuitas, si
una cosa
tienen en
común todos,
es el cinismo .
Todos los nacionalismos, si es que vas por ahi, son excluyentes. Desde el nacionalismo de tu barrio que te contrapone con otros barrios, como el de tu tierra, como el de tu pais, como el europeo. Ya sabes que los extremos se parecen de formas más que sospechosas. Luego ya esta eso, que el psicologo lo explicará mejor, de la necesidad de creer de uno mismo que es la mejor persona. Te puedo recordar que mientras gaseaban judios el goberno aleman promulgó una ley que penaba con carcel el maltrato animal o que en Gaza se castiga a la gente por ser homosexual casi con más virulencia que por ser judío. Si no fuera porque se mata a gente, tiene su gracia ver las inconsistencias sociales modernas. Ir al gym y comer comida basura.
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