Hace unos años circulaba un mail por internet en el que un inmigrante escribía sobre España que "Ser rico, es tener 86.000 concejales casi 9.000 alcaldes, 17 Presidentes de Autonomías, casi 1.600 parlamentarios autonómicos, 350 diputados en Cortes, 300 Senadores, 200 parlamentarios en Estrasburgo, una Casa Real, 20 Ministros y todos sus adláteres - paradójicamente a menor rango, mayor sueldo, hay alcaldes que ganan mas que el presidente del Gobierno -, todo esto para un país tan pequeño como el suyo." y la mayoría de las personas que lo recibían asentían con la cabeza pensando en la cantidad de tonterías que habíamos generado para satisfacer nuestras necesidades estatales, regionales y municipales al abrigo de esa sensación tan europea de sentirse un país de posibles.
Desde ahí hasta ahora, aunque es más que probable que la cantidad de dependientes de esa gran empresa que es España haya crecido para maquillar las cifras del paro, hemos pasado a una situación en la que la que se da la paradoja de que una de las voces del PSOE hable de la "motosierra del PP" mientras el PP precisamente proclama la falta de consideración con España del partido del gobierno y Sarkozy, subido en sus alzas, afirma que los políticos españoles quieren a su país más que a su partido.
No me extraña que el español medio se encuentre más perdido que Angela Merkel comprando en Stradivarius.
Y para rematar el desconcierto, como si fuera una extraña guinda para tocar lo intocable, ahora se supone que debemos de estar indignados porque se ha alterado el articulo 135 de una constitución que lleva sin moverse desde 1978 que, y se puede explicar al estilo "cuéntame", es cuando se pagaba en pesetas, éramos 22 millones de españoles, Suarez era el rey del glamour, la televisión era mayoritariamente en blanco y negro, no había microondas ni internet y algunos de nuestros compañeros de cama aún no habían nacido.
El caso es que si bien estamos perfectamente convencidos que España ha sido, como buen reflejo de la chulería patria, un paraíso de excesos, autopistas pintadas con comisiones, políticos enriquecidos, empresarios aprovechados, ricos super ricos, subvencionados inmerecidos y prisas por convertirnos en el país que no éramos, creemos firmemente en la posibilidad de salir apresuradamente de un pozo en el que nos hemos metido solos (o ayudados por la innata capacidad global del ser humano de acumular compulsivamente bienes) a base de recortar todo aquello que hemos considerado superfluo.
Pero, como es lógico, los banqueros creen que ellos no pueden ajustarse más, los funcionarios consideran que ya viven suficientemente al límite, los políticos no van a renunciar a su sueldo de consejero del subsecretario segundo de vicepresidente primero, los investigadores afirman que no pueden investigar con menos recursos, los militares dicen que las balas que les dan son de plastilina y el que está parado pone cara de camello abandonado en el desierto mientras apura el precio de la última marca blanca que encontró en el Lidl.
Es decir: hay que recortar, sí, pero recórtale al otro.
Porque, y eso también es lógico, seguimos queriendo una educación libre, gratuíta y de calidad (lo de la calidad no lo entiendo mucho cuando veo la salida de los after), unas autopistas sin peaje y de 4 carriles, TVE sin anuncios, subsidio de paro el tiempo que haga falta, casas de acogida, pisos de protección oficial para todo el que gane menos de 40mil€, sueldos de 3mil al mes, olimpiadas, bajada de impuestos, límites de velocidad a 140km/h, sexo seguro, energías limpias, trabajar menos ganando más, el cesped a 3 cm del suelo, museos gratis, paseos en parapente acrobático con un monitor que te excite bien agarrado a tus caderas, top less únicamente realizados por mujeres de pechos redondos, apertura de fronteras para los menos afortunados, rebajas en Zara todo el año y créditos al 0% de interés para pagarnos las vacaciones en resort a elegir.
Supongo que eso es lo que llamaban "estado del bienestar" que algún día se convirtió (por lo del sexo, el parapente, los pechos y las rebajas) en el "estado del bienEspaña".
Y ahora, a recortar.
Si no hubiéramos jugado a ganar votos con regalos, a llenarnos los bolsillos con la picaresca mediterránea que nos corre por las venas, a intentar trabajar menos o, en definitiva, a ser cigarras con piso de veraneo en la costa, probablemente estaríamos igual pero sin sentir que vamos a tener que soportar los desmanes de los demás en nuestras cuentas corrientes mientras paseamos por calles pobladas con carteles de "se alquila" en aquellos comercios en los que solíamos comprar con el dinero que ya no tenemos y que, eso está más que demostrado, es realmente lo que nos importaba (y no la felicidad del mundo) hasta que llegamos aquí.
Lo jodimos entre todos, por mucho que haya bastantes políticos honestos, funcionarios trabajadores, autónomos que pagan todos sus impuestos e incluso empresarios con moral.
(Tú y yo, ¿lo jodimos?, también. Tampoco hubiéramos dicho que no, ni siquiera ayer, a un piso que no nos mereciéramos, una concejalía, un sobre con dinero o un trocito de pastel del que ya no queda. Y si fuéramos alemanes, franceses, saqueadores británicos, suecos, finlandeses o italianos, tampoco.)
Como siempre la razón se enfrenta directamente a la egoísta naturaleza humana y ahora estoy completamente convencido que mañana seguirás pensando, en tu tiempo libre para el café, que hay que recortar a tu vecino pero a ti, precisamente a ti, si te viniera la tijera acosando por la espalda, ni tocar. ¿Acaso me equivoco?
1 comentario:
Cuanta razón tienes. No sé que nos habrá hecho pensar que teníamos derecho a tener un techo bajo el que cobijarnos, un automovil para desplazarnos y algún ahorrillo para irnos un par de semanas de vacaciones. Lo nuestro es trabajar en un régimen de semi-esclavitud por un sueldo miserable que apenas nos permita subsistir y tener la boquita cerrada. Lo del parapente y el topless es para los del puro y la corbata. No?
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